Italia: "recuperan" una obra de Botticelli

La representación La Madonna delle Grazie (1470) perteneció originalmente al Papa Sixto IV (1471-1484). Desde hace varias décadas está en posesión de una familia italiana que la resguarda en una casa cerca de Nápoles.

Sin embargo, en los últimos 50 años, la obra no estuvo bajo el control del Servicio de Protección del Patrimonio Cultural, que aparentemente tuvo conocimiento de ella durante una auditoría de los registros nacionales de arte. En efecto, las personas que poseen tesoros artísticos de gran interés público en Italia deben asegurarse de que se conserven adecuadamente.

Y las autoridades controlan periódicamente la existencia y el estado de estas obras. Según La Repubblica, la pintura está en mal estado, con desprendimientos y escamas de pintura, abrasiones y cambios de color.

Fue entregada a la Inspección Italiana de Asuntos Culturales, que realizará una evaluación y luego una restauración que podría durar un año. En el futuro, probablemente se exhibirá en un museo. Se dice que Botticelli creó esta obra para el Papa Sixto IV.

Este último, al haber atravesado dificultades financieras, ofreció el cuadro a la familia Medici para obtener "el apoyo económico de la poderosa familia" y financiar la finalización de la Capilla Sixtina en el Vaticano, afirma el historiador de arte Peppe di Massa en La República. Expuesta en la iglesia de Santa Maria la Carita, la pintura quedó resguardada tras el terremoto de 1980.

Desde esta última inspección, la unidad de patrimonio cultural de los carabinieri italianos, bajo la dirección de Massimiliano Croce, investigan las circunstancias de la propiedad del cuadro. El objetivo es determinar si la familia que conservó el cuadro de forma permanente lo adquirió legalmente. Si la propiedad de la familia resulta ilegítima, el Estado italiano podría reclamar la obra de arte.

Y si se considera lícita la posesión de la familia, podrán conservar el cuadro, siempre que se exponga en un museo para mayor protección y legítima visibilidad. Las estrictas regulaciones de Italia con respecto a la propiedad privada de las obras de arte de importancia cultural exigen una seguridad y preservación adecuadas, supervisadas por inspecciones estatales periódicas.