Polonia: el nuevo gobierno quiere modificar la financiación de la Iglesia

Fuente: FSSPX Actualidad

Donald Tusk

El cambio de gobierno en Polonia traerá muchos cambios para la Iglesia. Donald Tusk y sus aliados quieren acelerar las cosas. Particularmente en lo que respecta a las relaciones con la Iglesia. El gobierno quiere que la financiación de la Iglesia provenga de la buena voluntad de los contribuyentes.

El gobierno polaco de centroizquierda está planeando una reforma integral de la financiación de la Iglesia, como informó katholisch.de. Después de una reunión del gabinete, el 27 de diciembre, el primer ministro anunció que la financiación de las comunidades religiosas se haría de forma voluntaria. Según KNA, el Estado ya no pagaría pensiones ni seguros sociales a los miembros del clero.

Cinco ministros son los encargados de preparar la modificación del sistema de financiación o fondos de la Iglesia. La reforma parte de la premisa según la cual los miembros son responsables de sus iglesias. La decisión de pagar a las comunidades religiosas debe ser “de los creyentes y no del Estado”.

Una suma muy grande para el fondo de la Iglesia

En 2023, el Estado polaco pagó una suma récord de casi 50 millones de euros al fondo de la Iglesia. Este fondo fue creado en 1950 para compensar la expropiación de las comunidades religiosas de la época. Este fondo se utiliza para pagar las cotizaciones de jubilación y otros seguros sociales de gran parte del clero de todas las denominaciones, así como los costes de mantenimiento de las iglesias.

En Polonia no existe ningún impuesto eclesiástico. Por lo demás, las distintas denominaciones se financian principalmente mediante colectas y donaciones.

El partido liberal de Donald Tusk, Plataforma Cívica, había prometido durante la campaña electoral suprimir el fondo eclesiástico, al igual que sus actuales aliados en el gobierno, la Alianza de Izquierda y el partido Polonia 2050. Hasta ahora, el PSL quiere limitarse a los fondos de la Iglesia.

En 2013, el antiguo gobierno de Tusk acordó con la Iglesia católica sustituir el fondo por una contribución eclesiástica voluntaria de los contribuyentes del 0.5% de la carga fiscal, según el modelo italiano. Pero debido a las fuertes críticas no llevó a cabo su proyecto.