“Traditionis custodes”, “Desiderio desideravi” y las posiciones sobre la Misa (1)

Fuente: FSSPX Actualidad

Traditionis custodes y Desiderio desideravi han generado gran confusión entre muchos sacerdotes y fieles adheridos a la Misa tridentina, pero estas dos cartas apostólicas del Papa Francisco revelan también las distintas posiciones sobre la Misa, la obediencia y la unidad de la Iglesia.

Como un revelador fotográfico que muestra y fija una imagen latente, Traditionis custodes y Desiderio desideravi revelan, de forma voluntaria o no, posiciones hasta entonces latentes. El futuro dirá si estas posiciones son permanentes.

Desiderio desideravi mantendrá la crisis litúrgica

El 12 de julio, en el diario Correspondance européenne, la historiadora Cristina Siccardi comenta algunas declaraciones del Papa en Desiderio desideravi. Lejos de encontrar un remedio, ella considera que este deseo de rehabilitar la misa conciliar significa la continuación de la crisis litúrgica. Lo que señala esta amiga de la Fraternidad San Pío X, no es una revelación, sino una confirmación de sus profundas convicciones. Lo expresa de la siguiente manera:

"La nueva liturgia proveniente de un movimiento intoxicado por el liberalismo y, por lo tanto, por el relativismo, nunca puede producir buenos efectos, como lo demuestran más de 50 años de experiencia en esta dirección. Por el contrario, el Novus Ordo ha provocado, y sigue provocando, víctimas, cualitativa y cuantitativamente, en abundancia, especialmente entre las generaciones más jóvenes".

Retomando las aseveraciones contenidas en el documento romano (aquí referido por sus iniciales: DD), responde punto por punto:

DD: "El hombre moderno se ha vuelto analfabeto, ya no sabe leer los símbolos, apenas conoce de su existencia".

"Desgraciadamente, la responsabilidad del analfabetismo es de los pastores, muchos de los cuales han elegido la revolución eclesial para abrazarse con el mundo, relegando la lex orandi lex credendi de la Iglesia, roca sobre la que se funda la Esposa de Cristo.

Cambiar la Misa –dando la espalda a Dios, eliminando pasajes y gestos esenciales de la liturgia divina nunca tocados hasta 1969, celebrando la asamblea en lugar del crucifijo, poniendo a la divina Hostia en la "reserva eucarística", concelebrando con los demás... – todo esto constituyó un acto humano y no divino".

DD: "¿Cómo volver a ser capaces de símbolos?"

"Bueno, ciertamente no a través de un rito basado en compromisos ecuménicos, establecidos alrededor de una mesa en compañía de representantes del protestantismo, como sucedió con la revolución litúrgica de 1969. Tanto la formación litúrgica como los símbolos, elementos en los que el Papa insiste en este documento, constituyen elementos que se basan en el rito.

"Cuando el rito está en crisis, como destaca el mismo pontífice, significa que el objetivo principal de este rito no es dar gloria a Dios y salvar las almas, sino crear un espacio aceptable para el mundo, -una aceptación que no tiene lugar, como sucede cuando se vende la identidad para complacer a la cultura dominante, en lugar de guiar a todos los pobres pecadores que somos.

"Los fracasos catequísticos y la descristianización masiva de las familias deberían iluminar la mente de aquellos pastores que, humildemente, podrían hoy hacer una justa y fuerte autocrítica de aquellos años pasados ​​'contemplando' una teología de la liberación, ecuménica, interreligiosa, ecológica y trágica.

"Entonces sería verdaderamente posible decir, como en Desiderio desideravi: 'El ars celebrandi no puede reducirse a la mera observancia de un aparato de rúbricas, ni tampoco puede pensarse en una fantasiosa – a veces salvaje – creatividad sin reglas. El rito es en sí mismo una norma, y la norma nunca es un fin en sí misma, sino que siempre está al servicio de la realidad superior que quiere custodiar".

DD: "La norma más excelsa y, por tanto, más exigente, es la realidad de la propia celebración eucarística, que selecciona las palabras, los gestos, los sentimientos, haciéndonos comprender si son o no adecuados a la tarea que han de desempeñar".

"Pero el Novus ordo seleccionó lo que no debía. […] Es muy cierto decir que es 'la propia celebración la que educa', pero si la celebración está intoxicada, ¿qué pedagogía saldrá de ella?

"Sí, es muy cierto que el sacerdote se forma dentro de la acción cultual de los Santos Misterios, pero si estos están debilitados e incluso envenenados por un esquema incorrecto y degradante, el sacerdote se formará partiendo de esta base".

Cristina Siccardi concluye enérgicamente: "No, Santísimo Padre, no podemos como clérigos, religiosos y fieles 'abandonar las polémicas', porque no se trata de críticas destructivas sino de interrogantes que exponemos de forma caritativa y constructiva, y que exigen respuestas conforme a la lógica, coherencia, justicia y misericordia.

"Además, la Santa Iglesia romana, que es Madre y no madrastra, está obligada a defender y proteger la fe y sus ritos con el fin principal de conducir al Verbo Encarnado al mayor número posible de almas, en la medida precisamente en que salus animarum suprema lex, la salvación de las almas es la ley suprema".