“Traditionis custodes”, “Desiderio desideravi” y las posiciones sobre la Misa (2)

Fuente: FSSPX Actualidad

Iglesia de San Roque en París

Traditionis custodes y Desiderio desideravi han generado gran confusión entre muchos sacerdotes y fieles adheridos a la Misa tridentina, pero estas dos cartas apostólicas del Papa Francisco revelan también las distintas posiciones sobre la Misa, la obediencia y la unidad de la Iglesia.

Como un revelador fotográfico que muestra y fija una imagen latente, Traditionis custodes y Desiderio desideravi revelan, de forma voluntaria o no, posiciones hasta entonces latentes. El futuro dirá si estas posiciones son permanentes. La primera parte de este artículo demostró cómo estos textos mantendrán la crisis litúrgica.

El bi-ritualismo en un callejón sin salida

Por su parte, el Padre Eric Iborra, vicario de la iglesia de San Roque en París, considera la convivencia de las dos misas como una solución a la crisis, y lamenta que Traditionis custodes rechace la "forma extraordinaria" en favor de la "forma ordinaria".

Durante una entrevista realizada por el periódico católico alemán Tagespost, el 19 de julio, el sacerdote francés, que celebra las dos misas, considera que la celebración de las dos "formas" reduce las tensiones: "los fieles aprenden a conocerse y a apreciarse dentro de una misma parroquia, porque existen muchas actividades comunes aparte de la misa. Con el tiempo, muchos de los fieles terminan asistiendo a la Misa de la otra forma".

Los sacerdotes bi-ritualistas serían factores de unidad, según el Padre Iborra. Desde Traditionis custodes, el vicario de San Roque ha sido bastante creativo en la celebración de los sacramentos, dependiendo del rito: "Para la confirmación, estamos tratando de obtener una delegación de nuestro nuevo arzobispo, monseñor Laurent Ulrich. Planeamos realizar la confirmación en su nueva forma, pero en latín, dentro de una misa de la forma extraordinaria.

"Nuestros confirmandos están de acuerdo con esta solución. Esto también demuestra que nuestros 'tradis' no son de la línea dura", dice, sin mencionar la confusión que tal mezcla -en línea con el "mutuo enriquecimiento" de los dos ritos, deseado por Summorum Pontificum (7 de julio de 2007)- genera entre los fieles. Porque no podemos ignorar el adagio lex orandi, lex credendi que manifiesta el estrecho vínculo que existe entre la liturgia y la fe.

El Padre Iborra expresa un temor: "Muchos de los fieles se volverán hacia la Fraternidad San Pío X", porque "aquellos que quieren vivir en la unidad de las dos formas, tarde o temprano tendrán que elegir su campo. Y aquellos que busquen un acercamiento de las dos formas y su mutuo enriquecimiento serán castigados".

¿Es esto realmente un castigo impuesto a los partidarios del enriquecimiento mutuo o de la observación lógica de que el bi-ritualismo no puede ignorar el vínculo entre la liturgia y la fe, la lex orandi y la lex credendi?

La obediencia puesta a prueba

El 17 de julio, en el sitio web de Famille chrétienne, que publicó nuevamente una entrevista con Don Thomas Diradourian, profesor de liturgia en el seminario de la Comunidad de San Martín, ya publicada el 15 de octubre, se dice que "todo católico tiene el deber de 'adherirse a la Misa de Pablo VI". ¿En qué se basa este mandato?

Don Tomás responde interrogativamente: "Negar su obediencia filial y dócil a la disciplina litúrgica de la Iglesia ¿no es cuestionar la calidad de madre y educadora de la Iglesia?". Y añade una convicción personal: "Estoy convencido de que el Misal del 2022, que es imperfecto como toda obra humana, contiene en sí mismo no solo las fórmulas más seguras de la fe de la Iglesia, sino también todos los tesoros de la tradición de la liturgia romana".

En el sitio web Renaissance Catholique del 20 de julio, Jean-Pierre Maugendre responde a esta convicción personal con una observación objetiva: "El Misal de 2022, una versión actualizada del de 1969, no solo contiene 'fórmulas seguras de la fe de la Iglesia', sino 'las más seguras'".

"¿Cómo podemos entonces explicar la observación de Guillaume Cuchet en su libro Le catholicisme a-t-il encore un avenir en France ? (¿Tiene el catolicismo todavía un futuro en Francia?): "Los círculos que han jugado con más franqueza y entusiasmo el juego de la apertura son también los que han experimentado, paradójicamente, los índices más bajos de conservación y transmisión de la fe".

¿Quién creería, también en este caso, en una simple concomitancia, cuando la frase evangélica nos recuerda: "Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno? (…) Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. Así que por sus frutos los conocerán. (Mt 7, 18-20)" –En otras palabras, contra factum non fit argumentum, contra un hecho no hay argumento que valga.