Transgénero: los tratamientos hormonales cada vez más atacados

Fuente: FSSPX Actualidad

Doctora Hilary Cass

La evidencia científica se acumula contra los tratamientos hormonales o bloqueadores de la pubertad (BP), lo que conduce a restricciones o incluso prohibiciones de su prescripción en los países que fueron los primeros en autorizarlos. Entre estos casos, hay que hacer especial mención del informe de la doctora Hilary Cass, que ha sacudido los cimientos de la medicina del género.

El 28 de marzo de 2024, fue cerrada la Tavistock Gender Clinic de Londres para niños y adolescentes que se había convertido en el símbolo de una loca aberración: era un verdadero centro de experiencia en el tratamiento de transexuales. El número de niños y adolescentes tratados por disforia de género aumentó de menos de 100 a 5,800 en lista de espera en menos de 30 años.

Se prescribían ampliamente los BP y las hormonas transgénero, lo que marcaba, para la mayoría de los pacientes adolescentes, el comienzo de una transición completa al sexo opuesto, con operaciones quirúrgicas. Hasta el escándalo de Keira Bell, que se sometió a un tratamiento hormonal y a una amputación mamaria y ahora lamenta amargamente su transición.

Ahora, con veinte años, ha demandado a la clínica Tavistock por una asesoría deficiente. Se corrió la voz y los médicos han denunciado un clima deletéreo en la clínica, que intimida a escépticos y críticos acusándolos de transfobia. Luego, el gobierno solicitó una investigación a la Dra. Hilary Cass, expresidenta del Colegio Real de Pediatría y Salud Infantil.

El informe de la Dra. Cass

El informe de 388 páginas, que incluye un estudio de la Universidad de York, condujo a una reevaluación radical de la política sanitaria del Reino Unido en relación con los niños y jóvenes con disforia de género. En Inglaterra se ha abandonado la práctica de administrar BP a menores. Escocia hizo lo propio a mediados de abril.

Cass escribió en el British Medical Journal que toda la medicina de este género estaba “construida sobre cimientos inestables”. Los estudios realizados hasta la fecha para justificar este tipo de medicamentos son en su mayoría de mala y dudosa calidad. La administración de hormonas se ha consolidado en todo el mundo gracias a un único estudio holandés realizado en los años 1990.

En su informe, Cass enumera los graves efectos secundarios de los BP. Los críticos han señalado durante mucho tiempo la disminución de la densidad ósea, lo que conduce a osteoporosis, limitación del desarrollo cerebral y crecimiento corporal limitados y, a veces, infertilidad permanente. Este último elemento fue confirmado recientemente por un estudio de la Clínica Mayo revelado en un artículo previo a su publicación.

Según Cass, solo existe "evidencia muy débil" para afirmar que los métodos actuales de tratamiento de la PA sean la terapia adecuada para la disforia de género. En lugar de ello, se debería adoptar un “enfoque holístico” que aborde los problemas psicológicos y emocionales de los adolescentes.

Una proporción muy alta de los llamados niños transgénero tienen autismo, dijo Cass, quien llamó la atención sobre la "compleja interacción" entre la mala salud mental y las cuestiones de género.

Un radical cambio de rumbo

El Reino Unido, que ha sido durante mucho tiempo pionero en la conversión de jóvenes transgénero, acaba de cambiar de rumbo. El centro Tavistock de Londres ha tenido que cerrar sus puertas de forma definitiva. En Inglaterra se crearán dos nuevas clínicas regionales cuyo objetivo no será ayudar con cócteles hormonales, sino con tratamientos psicoterapéuticos.

El primer ministro británico, Rishi Sunak, dijo que debido a la falta de conocimiento sobre las consecuencias a largo plazo del tratamiento médico o de la "transición", se debe tener "extrema precaución". El ex ministro de salud, Sajid Javid, advirtió contra el hecho de dar rienda suelta al lobby activista "trans" al que hace referencia el informe Cass.

Otros países europeos suspenden la prescripción de los BP

La decisión del Reino Unido sigue la tendencia observada en varios países del norte de Europa. En 2020, Finlandia decidió dejar de recetar BP. La renombrada psiquiatra infantil finlandesa Riittakerttu Kaltiala criticó el hecho de que, basándose en un único estudio holandés, hasta ahora en todo el mundo se han administrado estos medicamentos a “miles de decenas de jóvenes”.

Suecia hizo lo mismo en 2022, donde el tratamiento hormonal solo debe utilizarse en casos excepcionales. Desde entonces, las autoridades sanitarias noruegas han calificado la administración de hormonas como un "tratamiento experimental" cuestionable. Dinamarca está preparando actualmente una nueva directiva para el sistema sanitario que limitará severamente los tratamientos hormonales.