Ucrania: la movilización de los sacerdotes es objeto de debate

Fuente: FSSPX Actualidad

Durante la Semana Santa, el presidente ucraniano recibió una delegación de obispos de la Iglesia católica de Ucrania de rito latino. En la agenda, la delicada cuestión del llamamiento a filas de sacerdotes y religiosos, en un contexto donde la movilización general lucha por ampliarse y las tropas del ejército ruso tienen ventaja en primera línea.

El encuentro que tuvo lugar el 2 de abril de 2024 entre Volodymyr Zelensky y los prelados ucranianos de rito latino es el primero: Monseñor Vitaliy Skomarovskyiet, obispo de Lutsk y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos Latinos de Ucrania (RKC), estuvo acompañado por el Ordinario de Kiev, Odessa, Jarkov, Simferopol, Kamianets y Mukachevo.

Oficialmente, la audiencia presidencial se desarrolló en un ambiente cordial: el presidente ucraniano dirigió sus felicitaciones pascuales a los prelados de rito latino, deseando a Ucrania “la victoria en su guerra contra el ocupante ruso, que seguramente se hará realidad gracias a nuestros soldados, a nuestro pueblo y a sus fieles oraciones”.

Volodymyr Zelensky también expresó a los obispos de la RKC su “gratitud por el servicio de los capellanes militares, gracias al cual nuestras mujeres y hombres que luchan en el frente reciben un verdadero apoyo.

Por su parte, el episcopado se mostró más reservado. El comunicado de prensa de la Conferencia de Obispos Católicos de Rito Latino de Ucrania señala que se prestó "muy particular atención" a la cuestión de una posible movilización del clero para servir como soldados: "la movilización de los sacerdotes puede causar grandes problemas”, advirtieron los miembros de la RKC.

Otra cuestión que se mencionó fue la ley recientemente promulgada que obliga a las diócesis y a las comunidades religiosas católicas a pagar un alquiler para utilizar los edificios religiosos que pertenecen al Estado; una novedad en el país, que rompe con la costumbre y que hace temblar a la RKC.

Cabe señalar que desde hace varios meses, el ejecutivo ucraniano se encuentra en una situación desesperada: exhausto y seriamente agotado, el ejército ucraniano necesita tropas frescas al menos tanto como municiones, aunque solo sea para mantener sus posiciones ya que, desde el fracaso de la contraofensiva lanzada en verano, la reconquista está fuera del mapa.

La magnitud de las pérdidas militares, que Volodymyr Zelensky estimó en 31,000 a finales de febrero de 2024, mientras que el New York Times presentó en agosto cifras de 70,000 muertos y 120,000 heridos (cifras en gran medida subestimadas por razones políticas obvias, según otros expertos) ha marchitado en gran medida el ardor bélico de los primeros meses.

Además, el presidente ucraniano firmó, el 2 de abril, el decreto que reduce la edad de movilización de 27 a 25 años, mientras que la ley marcial vigente prohíbe a los hombres de entre 18 y 60 años salir del país.

Estas medidas son sumamente impopulares en una sociedad ucraniana cada vez más tensa, sobre todo porque Volodymyr Zelensky parece, a los ojos de muchos, estar fuera de control desde que decidió posponer indefinidamente las elecciones presidenciales previstas para finales de marzo de 2024...