Una Iglesia que “escucha”, pero ¿a quién?

Fuente: FSSPX Actualidad

El proceso contra el cardenal Angelo Becciu, exsustituto de la Secretaría de Estado vaticana, implicado en el escándalo financiero "del inmueble de Londres", ofrece un aspecto sombrío del funcionamiento de la actual curia romana. Evidentemente, allí tiene lugar una intensa cultura del espionaje.

Como señala el vaticanista Ed Condon en el sitio estadounidense The Pillar, durante las audiencias tuvo lugar un intercambio de acusaciones de espionaje entre los acusados ​​y los testigos. De un lado, el primer auditor general del Vaticano, Libero Milone, y del otro, el cardenal Becciu y el jefe de la gendarmería vaticana, Domenico Gianni.

Libero Milone, que se presentó como quien "descubrió el secreto", fue despedido en 2017 por su superior, el cardenal Becciu. El prelado justificó este despido por el hecho de que el primer auditor supuestamente espió los asuntos financieros privados de altos funcionarios del Vaticano, incluidos los suyos.

Una acusación que Libero Milone negó, afirmando que solo estaba "siguiendo el rastro del dinero", según el mandato recibido del Papa. A su vez, el primer auditor dijo que su oficina tenía micrófonos ocultos y que las computadoras y teléfonos de su equipo estaban bajo vigilancia. Lo cual denunció ante la Gendarmería Vaticana, pero sin obtener respuesta.

Esta falta de reacción se explica, según él, por el hecho de que el jefe de la Gendarmería, Domenico Gianni, era el objetivo de su investigación. Luego se supo que el cardenal Becciu utilizaba descaradamente las redes de información personal.

Esta práctica dio un giro increíble con Cecilia Marogna, una vividor y autoproclamada "analista geopolítica", que trabajó durante años como "agente secreto privado" del cardenal. Esta última afirmó haber recopilado "expedientes" para el prelado sardo sobre las faltas morales privadas de altos funcionarios del Vaticano.

Además, se descubrió que el cardenal Becciu realizó grabaciones clandestinas del Papa exponiendo secretos de Estado, lo cual es un delito según las leyes de seguridad de la Ciudad del Vaticano. Y no es todo...

El arzobispo venezolano Edgar Peña Parra, que reemplazó al cardenal Becciu, tras su destitución en 2018, no negó haber contratado también proveedores de servicios externos para protegerse de una posible investigación interna y organizar la vigilancia electrónica de otros funcionarios con fines de represalia. Incluso dijo que estaba dispuesto a hacerlo de nuevo, si fuera necesario…

¡Qué lejos quedaron los días de los secretarios de Estado como Merry del Val o Pacelli! Hoy abundan los sustitutos que han adoptado los métodos de los "Barbouzes", película dirigida por Georges Lautner con guión de Michel Audiard.

El cardenal Becciu se parece a Eusebio Cafarelli, conocido como "el canónigo", cínico y torpe, con auriculares conectados a micrófonos escondidos casi por todas partes… Que nadie vuelva a decir, en tono grandilocuente, que ahora tenemos una Iglesia "que escucha al pueblo de Dios" y el "clamor de la Tierra".... Cuando, muy prosaicamente, esta comunicación está intervenida. 

Padre Alain Lorans