Alemania: Monseñor Bätzing quiere que el Camino Sinodal sea permanente

Fuente: FSSPX Actualidad

El obispo de Limburgo, presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania y copresidente del actual Camino Sinodal, manifestó su deseo de que este evento, de carácter transitorio, sea permanente. 

Solo aquellos que aún no han captado la naturaleza revolucionaria del Camino Sinodal pueden sorprenderse por el deseo de monseñor Georg Bätzing de "transformar el camino sinodal en un proceso continuo", manifestado durante una entrevista concedida el pasado jueves 19 de mayo de 2022 a Evangelischer Pressedienst (epd).

"El tiempo no se detiene", comentó. "No podemos volver a suspender esta forma de participación". Cabe señalar que el Camino Sinodal comenzó en 2019, y ya ha pasado por una larga preparación, seguida de cuatro reuniones, incluidas tres Asambleas Generales para la aprobación de textos, varios de los cuales atentan contra la doctrina o la disciplina de la Iglesia.

Precedentes muy esclarecedores

FSSPX.Actualidad informó paso a paso sobre el nacimiento y desarrollo del Camino Sinodal, pero también sobre el suelo en el que nació este proceso y los modelos del pasado que le sirvieron de ejemplo, en particular el "concilio" pastoral holandés y el famoso Sínodo de Wurzburgo.

El concilio pastoral holandés

Lo que se puede denominar un "Vaticano II a escala local" dio lugar a propuestas muy audaces: abolición del celibato sacerdotal y sacerdocio femenino. El Papa Pablo VI, que acababa de escribir una encíclica defendiendo el "sagrado celibato del sacerdote", reaccionó enérgicamente.

Pero también hay que recordar que durante la quinta sesión, en 1970, la Asamblea Plenaria se pronunció por unanimidad a favor de la creación de un grupo de trabajo pastoral destinado a continuar el trabajo del Concilio Pastoral. Este fue el origen de la creación de un Consejo Pastoral Nacional. Una especie de "concilio" holandés permanente. Roma finalmente obtuvo su abolición en 1972.

El Sínodo de Wurzburgo

Actuando con prudencia debido a los problemas del "concilio" pastoral holandés, el sínodo "conjunto" de todas las diócesis de Alemania, lo que equivalía a un sínodo nacional pero con un nombre distinto, procedió con cautela. Resultó menos revolucionario, pero muy efectivo.

Además de ciertos resultados que respaldan una feminización de los cargos de liderazgo en las diócesis, así como la solicitud del nombramiento de mujeres para los oficios de lector y acólito -que fue realizada por Francisco-, los participantes decidieron instituir una reunión periódica entre la Conferencia Episcopal de Alemania (DBK) y los laicos del Comité Central de Católicos Alemanes (ZdK).

Esta decisión tenía el objetivo declarado de prolongar el espíritu del sínodo después de su clausura. A diferencia de los holandeses, cuyo intento fue finalmente detenido por Roma, los alemanes lograron establecer una especie de "sínodo permanente".

Un consejo sinodal alemán

Claudia Lücking-Michel, copresidenta del foro sinodal "Poder y separación de poderes en la Iglesia" del Camino Sinodal, se pronunció a favor de una "gran solución" para el proyecto del consejo sinodal de la Iglesia católica alemana.

En un artículo publicado en el Herder Korrespondenz mensual (edición de junio), la funcionaria del ZdK abogó por la creación de un comité con poder de decisión, compuesto por los 69 miembros de la conferencia episcopal, los 69 miembros delegados de ZdK y 70 miembros adicionales designados en partes iguales por la DBK y el ZdK.

Una forma de asegurar una influencia creciente del ZdK en la Iglesia de Alemania. Según Lücking-Michel, los 208 miembros del consejo deben reunirse al menos una vez al año. Las decisiones podrían ser preparadas por un comité designado por el consejo sinodal, según el exdiputado de la CDU en el Bundestag.

En el mismo número de Herder Korrespondenz, el politólogo Mariano Barbato criticó este plan. Con el consejo sinodal emerge una estructura de poder revolucionaria de un nuevo tipo desde "el espacio extralegal del Camino Sinodal".

La reacción parece buena, pero la razón dada no lo es tanto. Según el autor, el sistema de consejos previsto pone el poder en manos de una "oligarquía" ya dominante dentro de la Iglesia. Como no se prevén "elecciones libres", no puede hablarse de una "democratización" de la Iglesia.

Que el sistema es revolucionario está suficientemente claro. Pero lo verdaderamente grave es el hecho de confiar el destino de la Iglesia de Alemania a los laicos, que no tienen absolutamente ninguna jurisdicción eclesiástica y que no pueden tenerla. No sería el primer cisma que tomaría este camino...