América Latina: la situación actual del aborto

En América Latina, así como un poco más al norte, el debate sobre el aborto arrecia. El subcontinente concentra alrededor de una cuarta parte de la población católica mundial, lo que explica la influencia considerable que la Iglesia todavía ejerce en las cuestiones relacionadas con la vida, aunque su influencia se asemeja a un muro que ha comenzado a resquebrajarse en los últimos diez años.

En algunos países latinoamericanos, como El Salvador, Nicaragua y Honduras, el aborto está completamente prohibido: en 1998, El Salvador prohibió el aborto en todas las circunstancias, incluidos los casos de peligro para la vida de la madre o de violación. Nicaragua hizo este cambio en 2006.

En México, la Ciudad de México despenalizó el aborto hasta las 12 semanas de embarazo en 2007; luego, el 6 de septiembre de 2023, la Corte Suprema declaró inconstitucional la penalización del aborto. Los servicios públicos de salud ahora deben ofrecer aborto gratuito a las pacientes que lo soliciten. Actualmente, en 20 de los 31 estados del país todavía sigue siendo un crimen el aborto en sus códigos penales, pero se les exige que los actualicen lo más rápido posible.

En Colombia, la Corte Constitucional colombiana aprobó el 21 de febrero de 2022 la despenalización del aborto hasta las 24 semanas de gestación. Ningún otro país de América Latina había permitido realizar este procedimiento en una etapa tan avanzada del embarazo.

Chile fue durante mucho tiempo uno de los países más restrictivos en materia de aborto, pero en 2017 una ley lo autorizó en casos de peligro para la vida de la madre, malformación fetal grave o violación. Esta decisión marcó un cambio importante en el panorama jurídico chileno.

En Perú, el aborto es ilegal y un delito punible. Sin embargo, desde 1924 existe una excepción conocida como “aborto terapéutico”, que está exenta de sanciones.

En Ecuador, el sistema de justicia del país despenalizó el aborto el 28 de abril de 2021. Esto solo es posible en situaciones específicas: cuando la vida o la salud de la madre están en peligro o en caso de embarazo producto de una violación. Desde la aprobación de la ley, los jueces del Tribunal Constitucional han intentado periódicamente invalidar determinados artículos de la ley para liberalizar el aborto.

En Uruguay, el aborto está regulado desde hace más de 10 años por una ley que establece que no será penalizado si se realiza en las primeras 12 semanas de gestación o hasta las 14 semanas en caso de violación. Sin embargo, no hay límites cuando existen anomalías fetales graves o cuando la vida de la madre corre peligro.

En Brasil, el aborto se considera ilegal en la mayoría de los casos y conlleva sanciones penales. Sin embargo, se hace una excepción cuando la vida de la madre corre peligro, en caso de violación o si el feto presenta una malformación grave. Pero en septiembre de 2023, la Corte Suprema empezó a considerar la posible despenalización del aborto a nivel nacional hasta las 12 semanas de gestación. La votación podría tener lugar antes de finales de 2025.

En el país del Papa Francisco, Argentina, el Parlamento aprobó una ley en diciembre de 2020 que autoriza el aborto hasta las 14 semanas de embarazo, sin importar el motivo. Veremos qué decide el nuevo presidente del país, Javier Milei, quien se pronunció contundentemente contra el aborto durante la campaña que lo llevó a la presidencia.

En la muy reciente Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, Dignitas infinita, se recuerda claramente la condena del aborto: queda por convencer a los fieles de una Iglesia que ya no es capaz de retenerlos.