En Australia, la práctica dominical está disminuyendo

Fuente: FSSPX Actualidad

La proporción de católicos australianos que asisten a misa semanal disminuyó del 11.8% al 8.2% entre 2016 y 2021, según un informe oficial publicado en mayo de 2024. Una caída significativa que no se debe únicamente a las restricciones provocadas por la pandemia de Covid-19. Pero al mismo tiempo surgen señales alentadoras.

El estudio que acaba de publicar el National Centre for Pastoral Research, órgano dependiente de la Conferencia Episcopal de Australia (ACBC), es interesante por más de una razón.

En primer lugar, se destaca una disminución notable de la práctica religiosa de los fieles católicos estimada en un 3.6%, pasando del 11.8% al 8.2% entre 2016 y 2021, es decir, una pérdida de aproximadamente 206,000 fieles en el período. Vale recordar que Australia es un país de 25.4 millones de habitantes (cifra de 2021), que cuenta con un 20% de católicos.

Así, en 2021, una media de 417,000 personas acudieron a misa cada domingo. Aún no existen estadísticas oficiales y fiables de los dos últimos años. Además, la misa fue vista desde una pantalla en más de 30,000 hogares en mayo de 2021.

La mayoría de las diócesis han experimentado una caída sustancial en la tasa de asistencia a las celebraciones dominicales: una disminución debida en parte a las restricciones – a menudo severas – provocadas por la pandemia, y al hecho de que solo una parte de los fieles, preocupados por un posible resurgimiento de la epidemia, volvió a asistir a misa tras el levantamiento de las medidas de confinamiento.

Pero el coronavirus no es el único culpable de este descenso en la práctica dominical. En primer lugar, hay razones demográficas. Si bien la proporción de fieles entre 18 y 29 años que asistían cada domingo a misa tendía a disminuir hasta la pandemia, la curva ha comenzado a invertirse: hay 4,000 más en este grupo de edad que observan el precepto dominical entre 2016 y 2021.

Un signo que Philippa Martyr analiza positivamente en las columnas del Catholic Weekly: “Una cuarta parte de los fieles que van a misa tienen ahora más de 70 años, pero –buena noticia– los jóvenes representan actualmente el 12% de la población. (…) La Iglesia en Australia está empezando a tomar las características de un roble joven, con un tronco robusto y un follaje menos denso que antes”, explica.

Pero otro dato del informe publicado por los obispos australianos –datos que no se analizan en profundidad– señala un fenómeno sorprendente: el del mantenimiento, e incluso el aumento, de la práctica religiosa en otros ritos católicos distintos de la llamada misa de Pablo VI.

Así, las Iglesias católicas orientales –ucraniana, caldea y siro-malabar en particular– han mantenido un nivel muy alto de práctica religiosa (¡más del 95% de estos fieles son practicantes!); y teniendo en cuenta las contribuciones de las poblaciones provenientes de la inmigración –por razones geopolíticas bastante obvias– el número de estos creyentes ha aumentado significativamente.

Finalmente, cuatro diócesis australianas reconocieron que la asistencia a la Misa en latín aumentó significativamente entre 2015 y 2021, mientras que disminuyó en todas partes donde se celebra la nueva Misa.

También hay que mencionar el ordinariato que acoge a los conversos del anglicanismo, cuya asistencia ha aumentado espectacularmente: prueba de que el verdadero ecumenismo católico, que consiste en devolver a los disidentes a la unidad de la Iglesia, tiene un hermoso futuro. Al mismo tiempo, también aumentó el número de catecúmenos, especialmente en las diócesis de Sídney y Brisbane.

Si bien todavía hay que esperar a las próximas cifras oficiales que no estarán disponibles antes de 2026, se puede adelantar con cautela que la pandemia y las dolorosas noticias de la Iglesia en Australia tal vez hicieron sonar la sentencia de muerte de la generación resultante del Baby Boom y del Mayo del 68, pero están lejos de haber desanimado a las generaciones más jóvenes, en busca de un catolicismo más identificado.