China: la situación cada vez más difícil para los católicos

Fuente: FSSPX Actualidad

Luego de la prohibición hecha a los padres para llevar a sus hijos menores a Misa y del cierre de las guarderías administradas por la Iglesia católica, las demoliciones de iglesias se han vuelto un caso común en varias diócesis de la provincia de Henan, cuna del cristianismo en China.

La provincia de Henan cuenta con alrededor de 300,000 católicos: por su importancia, es la segunda comunidad católica del país.

Las agencias de información Ucanews y Asianews, retransmitidas por Iglesias de Asia en su edición digital del 3 de mayo de 2018, aseguran un tiempo Pascual catastrófico para la libertad de la religión católica en el país.

El 17 de abril de 2018, la iglesia y la casa parroquial de Hutuo (diócesis de Luoyang) fueron demolidas y los sacerdotes fueron expulsados. Abusos similares se perpetraron en la diócesis vecina de Zhengzhou. 

Además, se destruyó la lápida de un obispo de la Iglesia "clandestina", y se incautaron varias propiedas eclesiásticas.

Asimismo, en la mañana del 24 de abril, las autoridades chinas enviaron a dos oficiales del Partido comunista a cerrar la iglesia de Gadazhang, en la diócesis de Zhumadian.

Fieles a la táctica de cambiar radicalmente de política, el régimen de Beijing, después de haber dado indicios de una posible normalización en las relaciones con la Santa Sede, está empezando ahora una guerra con la Iglesia católica. Este hecho no sorprenderá en los más mínimo al cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, quien se opone enérgicamente a esta "normalización"