Curia Romana: las maniobras de dos pesos pesados ​

Fuente: FSSPX Actualidad

Los cardenales Pietro Parolin y Matteo Zuppi

Expulsa lo natural, y volverá galopando: el Sumo Pontífice demuestra desde hace varios meses que sus manos sujetan firmemente, como el primer día, el timón de la barca de Pedro. Difícil para los cardenales romper con las costumbres de la Curia romana, y no posicionarse en el tablero de ajedrez del futuro cónclave.

Dado que la mayoría de los electores del sucesor del Papa Francisco, según ellos mismos admiten, se conocen bastante poco, podría ser grande la tentación para uno u otro de los cardenales, de superar este inconveniente colocándose, en el momento oportuno, bajo los reflectores. 

En este ámbito, es difícil no reconocer los esfuerzos realizados por dos pesos pesados ​​de la Curia: el cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia, presidente de la Conferencia Episcopal de Italia (CEI) y enviado especial del Papa para la paz en Ucrania; y el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, el equivalente del primer ministro en el Vaticano.

El cardenal Zuppi se mantiene ocupado: según Vatican News, el 30 de abril llamó a Andriy Yermak, jefe de gabinete del presidente ucraniano, para discutir la cuestión del retorno de los niños ucranianos llevados a suelo ruso, y para considerar la organización de una cumbre por la paz en junio. Hay que reconocer que los esfuerzos realizados por el presidente de la CEI han tenido poco efecto hasta el momento.

El 6 de mayo, Monseñor Zuppi participó en su ciudad episcopal de Bolonia en un programa de televisión sobre un tema clave para los grandes medios de comunicación, el “feminicidio”, en compañía de Gino Ceccechettin, padre de una joven asesinada por su novio. Esto brindó la oportunidad al cardenal de precisar que “la ofensa a las mujeres es siempre una ofensa a la vida”, según il Resto del Carlino.

Una forma de ocupar el terreno, observó con un toque de cinismo un observador vaticano. Y más particularmente de cultivar, en aras del mimetismo, la metáfora de una Iglesia-hospital de campaña, urdida por el Papa Francisco desde el comienzo de su pontificado.

Cambio de escenario para el cardenal Pietro Parolin: fue bajo los paneles del palacio del Colegio Romano, sede del Ministerio Italiano de Cultura, donde el Secretario de Estado de la Santa Sede decidió lanzar, ante una audiencia de periodistas, el último libro de Ignazio Ingrao: Cinque domande che agitano la Chiesa (Cinco solicitudes que atormentan a la Iglesia), publicado por ediciones San Paolo.

Un libro publicado el pasado mes de octubre y que probablemente no será un hito: podría resumirse en dos ideas que se han convertido en lugares comunes del actual pontificado: "no a la teología de salón" y "sí a la apertura a los laicos y a las mujeres". Pero el interés radicaba menos en la figura del escritor que en la presencia del cardenal Parolin.

Para la ocasión, la “cúspide” de la Curia se hizo “presente”según reportó La Croix International: el cardenal Giovanni-Battista Re, decano del Sacro Colegio, monseñor Rino Fisichella, organizador del Jubileo de 2025, Alessandro Diddi, promotor de justicia del tribunal del Vaticano, así como los responsables del Dicasterio para la Comunicación y otras oficinas vaticanas.

Según Omnes, al comentar los cinco capítulos, el cardenal Parolin se proyectó en la era post-Francisco gracias al título del quinto: “¿Qué pasará con las reformas?” El prelado añadió: "¿Existe el riesgo de un 'cambio de dirección'?" Y señaló que estas reformas ya están “en camino”. Por eso, dijo, “el discernimiento no es una simple intuición, sino el fruto de una oración continua”.

Y concluyó afirmando que "el Espíritu indicará, en el tiempo de quien sepa tener paciencia, lo que debe continuar y lo que debe institucionalizarse. Precisamente porque se trata de la acción del Espíritu no hay vuelta atrás". ¿Cree realmente el orador en esta irreversibilidad? Probablemente no, pero lo importante es hacerse pasar por guardián del legado –por no decir heredero– del pontífice argentino.

La Croix International susurra que "Francisco, que regularmente afirma no tener intención de dejar su cargo, es muy consciente" de esta situación. Y explica que un cardenal cercano al Papa confesó con una sonrisa: "Parolin está un poco en campaña y el Papa lo sabe. A veces le hace pequeños comentarios, en público, para hacérselo saber".

Sin embargo, el camino hacia los escalones del trono de Pedro es largo, y los eminentes miembros del Sacro Colegio pueden meditar sobre el adagio, que, si no siempre es falso, se verifica periódicamente: "quien entra al cónclave como Papa, sale como cardenal".