El Papa Francisco menciona el cónclave de 2013

Fuente: FSSPX Actualidad

Entrada de los cardenales a la Capilla Sixtina el 12 de marzo de 2013

En una nueva entrevista concedida a la prensa italiana el 29 de enero de 2024, el Papa Francisco reveló varias informaciones, hasta ahora poco conocidas por el público, sobre el desarrollo del cónclave que lo llevó al pontificado soberano en marzo de 2013. Una entrevista con matices de justificación ahora que el reformismo del pontífice argentino parece haber entrado en una fase crítica.

Según el Papa Francisco, su destino –y el de la Iglesia– habría quedado sellado la mañana del sábado 9 de marzo de 2013, cuando el que aún era cardenal-arzobispo de Buenos Aires pronunció un discurso sobre el tema "la Iglesia en salida', recibido con un fuerte aplauso por una gran parte del Sacro Colegio de aquel entonces.

“Este discurso fue mi condena: no me di cuenta de la campaña que comenzaba para mi elección”, explicó el pontífice romano a La Stampa. Información confirmada a posteriori por la hipótesis planteada el 27 de marzo de 2013 - pocos días después de la elección del sucesor de Benedicto XVI - por Sandro Magister.

“Sus palabras entonces causaron una fuerte impresión en muchos de sus oyentes. Bergoglio improvisó. Pero ahora tenemos el informe, escrito de su puño y letra, de lo que dijo”, explicó el vaticanista en las columnas de L’Espresso.

En la entrevista que concedió a La Stampa el 29 de enero, el Papa Francisco añadió la anécdota de un cardenal, al que no nombró, y que le dijo tras su intervención en el precónclave: “¡Lo que usted ha dicho es hermoso, hermoso, hermoso! Necesitamos un Papa como usted..."

¿Deberíamos, sin embargo, dar un significado literal a las palabras del primer jesuita de la historia que se convirtió en Papa, cuando explica a su interlocutor italiano que “(no) se dio cuenta de la campaña que comenzaba para su elección”? Una respuesta positiva parece descartada, en particular por lo que escribió Andréa Tornielli justo antes del cónclave de marzo de 2013.

Este amigo cercano de Francisco informó sobre los comentarios de un viejo amigo del entonces arzobispo de Buenos Aires: "Cuatro años de Bergoglio serían suficientes para cambiar las cosas. (…) En la tercera ronda de votaciones del cónclave de 2005, obtuvo alrededor de cuarenta votos, situándolo justo detrás de Ratzinger. (…) Seguramente será una de las figuras clave del cónclave".

¿Por qué mencionar nuevamente el cónclave de 2013?

En el círculo sumamente cerrado de vaticanistas se dice que la verdadera cuestión es más bien comprender por qué el pontífice argentino decidió mencionar una vez más el cónclave que lo eligió hace más de diez años. ¿Es una manera de anticipar una autobiografía que debería estar disponible, con gran apoyo mediático y en varios idiomas, dentro de unos meses?

¿O deberíamos ver en ello el deseo de legitimar un impulso reformista que parece haber llegado a una fase crítica, sobre todo desde el fiasco de la declaración Fiducia Supplicans que, al abrir el camino a las 'bendiciones no rituales' para 'parejas ilegítimas', provocó la protesta de un gran número de obispos, sacerdotes y fieles de todo el mundo?

Para Andrea Gagliarducci, esta evocación del cónclave legitima reformas que corren el riesgo de desestabilizar a la Iglesia y hacerla perder su credibilidad: “volver al cónclave significa recordar el mandato de reformar la Iglesia que luego le fue confiado [a Francisco] y poner de nuevo en relieve los temas que surgieron durante las congregaciones generales de los cardenales”, explicó el especialista.

El mensaje emitido por Santa Marta sería, por tanto, el siguiente: si sectores enteros del episcopado mundial se quejan del rumbo que está tomando el actual pontificado, deben recordar que Jorge Bergoglio fue elegido precisamente para cambiar el rostro de la Iglesia, para que nunca más se encuentre en la “trituradora de carne” de los medios de comunicación, como ocurrió en la última parte del reinado de Benedicto XVI.

Después de más de diez años de un pontificado sin precedentes, está claro que la imagen mediática de la Iglesia no necesariamente ha mejorado: "el escenario que vivimos actualmente es una lección que ilustra el cónclave de 2013: y esta lección tendrá que ser tomada en cuenta durante las próximas grandes elecciones”, afirma Andrea Gagliarducci. Pero nadie sabe el día ni la hora.