Francisco: la ideología de género es un peligro que elimina las diferencias

Fuente: FSSPX Actualidad

Durante un encuentro promovido por el Centro de Investigación y Antropología de las Vocaciones (CRAV), el Papa Francisco se dirigió a los participantes de la conferencia “Hombre-Mujer, Imagen de Dios: por una antropología de las vocaciones”. En particular, manifestó su preocupación por el “peligro” de la ideología de género.

Al recibir a sus invitados en el Vaticano la mañana del 1 de marzo, Francisco, que padece desde hace varios días síntomas leves de gripe, quiso decir algunas palabras antes de pedir a su colaborador, monseñor Ciampanelli, que leyera su discurso: “Todavía estoy resfriado y me fatiga leer durante mucho tiempo", dijo el Papa.

El pontífice resaltó la importancia de este encuentro, “hoy el peligro más grave es la ideología de género, que anula las diferencias”. Y agregó: “Solicité la elaboración de diversos estudios sobre esta malvada ideología de nuestro tiempo, que elimina las diferencias e iguala todo; eliminar las diferencias es eliminar la humanidad. El hombre y la mujer, por el contrario, se encuentran en una 'tensión fructífera'".

Antes de la lectura de su discurso, el Papa sugirió además leer el libro Señor del Mundo, de Robert Hugh Benson, publicado en 1907, en el que el autor advierte contra "la tendencia a eliminar todas las diferencias", libro ya recomendado varias veces por Francisco.

El CRAV es una organización dirigida por el cardenal Marc Ouellet, prefecto emérito del Dicasterio para los Obispos. El encuentro, que duró dos días, reunió a filósofos, teólogos y educadores para reflexionar sobre la antropología cristiana, el pluralismo, el diálogo entre culturas y el futuro de la humanidad.

Un recordatorio sobre el destino humano

En su discurso, el Papa enfatizó que “la vida del ser humano es una vocación”. Luego habló de esta vocación en relación con Dios “la Realidad que me trasciende” y en relación con los demás y con el mundo. El hombre está “llamado a abrazar con alegría y responsabilidad una misión específica y personal”.

Francisco hizo hincapié en el hecho de que la vida de cada persona nunca es “un accidente” o “un simple resultado del azar”, sino que “somos parte de un proyecto de amor y estamos invitados a salir de nosotros mismos y realizarlo, por nosotros mismos y por los demás”, afirmó.

Mirando la realidad de la Iglesia, el Papa llamó a desarrollar una "circularidad cada vez más eficaz entre las diferentes vocaciones", buscando que laicos, sacerdotes y personas consagradas "contribuyan a generar esperanza en un mundo sobre el que se ciernen duras experiencias de muerte". 

Es bueno escuchar que el “peligro grave” es la ideología de género. Lo que indirectamente podría poner en entredicho la Declaración Fiducia Supplicans. Y también es digno de mención el recuerdo de nuestro destino trascendente.

Pero, por otro lado, la feminización de los servicios vaticanos, la promoción de las mujeres en el servicio del culto: monaguillas, funciones de lector y acólito, y quizás mañana "diaconisas", no pueden más que poner en tela de juicio la vocación sacerdotal y la jerarquía de la Iglesia fundada por su Cabeza y Salvador, Cristo. No se puede desear un fin sin querer los medios.