La gestación subrogada en la Unión Europea para 2024

Fuente: FSSPX Actualidad

Un certificado europeo de filiación: este es el último avatar inventado por los grupos de presión progresistas para hacer avanzar la causa de la gestación subrogada (GPA) en Europa. Es poco probable que la batalla por la vida cese en 2024.

¿Les suena familiar la Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado (HCCH)? Se trata de un organismo tan discreto como influyente, que reúne desde hace diez años a expertos y juristas de más de noventa países. Su misión: reflexionar sobre la elaboración de normas internacionales para el reconocimiento de los niños nacidos por gestación subrogada (GPA) y sobre la práctica en sí misma.

Pero está claro que las resistencias son, afortunadamente, numerosas, de ahí el cambio de táctica operado por la Conferencia de La Haya, que acaba de crear un nuevo grupo de trabajo sobre el reconocimiento de la filiación de los niños nacidos de madres sustitutas. Francia está representada en dicho grupo y también la Unión Europea (UE), que por su parte envió dos expertos de la Comisión.

Un conciliábulo contra el que se pronunció Ana-Luana Stoicea-Deram, copresidenta de la Coalición Internacional para la Abolición de la Gestación Subrogada (CIAMS): “Se les pide que reflexionen en los criterios para la GPA, pero no existe ningún criterio respecto a la buena o mala esclavitud.

“No podemos pensar en regular tal práctica. Además, la Conferencia funciona de manera completamente turbia, sin votaciones, y los Estados no supervisan lo que allí sucede". ¿Coincidencia? El 14 de diciembre de 2023, el Parlamento Europeo aprobó un proyecto de reglamento destinado a crear un “certificado europeo de filiación”.

Su objetivo: garantizar que todos los países de la Unión Europea reconozcan los derechos de filiación otorgados por otro Estado miembro, en particular para los niños nacidos mediante procreación médicamente asistida en “familias homoparentales”, pero también de la gestación subrogada. Dos millones de niños se verían afectados, según el Parlamento Europeo...

“Si eres padre en un país, eres padre en todos los países”: el siniestro credo ya lo había profesado el presidente de la Comisión Europea en septiembre de 2020, pero para ser aceptado, el certificado europeo de filiación deberá ser aprobado por unanimidad por el Consejo de la Unión Europea: es seguro que Hungría o Bulgaria rechazarán un proyecto impulsado por la franja progresista.

“Este certificado europeo sería una especie de superestado civil europeo”, expresa sorprendida Ludovine de La Rochère, responsable del Sindicato de la Familia. “Los niños nacidos por gestación subrogada ya cuentan con partida de nacimiento, filiación y nacionalidad. Por tanto, es solo un proyecto activista. Después de los fracasos en Francia, es en Europa donde se concentran los intentos de que se reconozca la GPA”, denunció.

Al dar existencia legal a la práctica de la maternidad subrogada si esta última tiene lugar en el extranjero, "Francia admitiría que podemos explotar a las mujeres de otros países, pero no a las francesas", denunció Ludovine de La Rochère, quien subraya "un doble discurso de una hipocresía y un cinismo sorprendentes".

“Cualesquiera que sean las modalidades, se trata de una explotación del cuerpo de las mujeres y de tráfico de niños”, concluyó la presidenta del Sindicato de la Familia.

El pasado mes de noviembre, en los Países Bajos, una veintena de activistas se vistieron con capas rojas y tocados blancos, el uniforme de las madres sustitutas de The Handmaid's Tale, la famosa distopía de Margaret Atwood, para denunciar el trabajo de la HCCH. Si no se hace algo al respecto, la UE promete un nuevo año lleno de pesadillas.