No hubo ordenaciones en la diócesis de Limburgo en 2023 ​

Fuente: FSSPX Actualidad

Monseñor Georg Bätzing

El obispo de la diócesis de Limburgo (Alemania) es monseñor Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania y uno de los presidentes del Camino Sinodal alemán. Por primera vez desde la fundación de esta diócesis, hace casi 200 años, no hubo una sola ordenación sacerdotal durante el 2023.

El número de ordenaciones en la Iglesia en Alemania se ha estabilizado desde hace años en un nivel bajo. Según las últimas estadísticas publicadas por la DBK, en 2021, un total de 62 hombres fueron ordenados sacerdotes en Alemania, entre ellos 48 sacerdotes seculares y 14 sacerdotes religiosos.

En una entrevista para Die Zeit, monseñor Bätzing expresó su inquietud: "Lo que me preocupa es que ya casi nadie quiere ser sacerdote, porque no hay Iglesia católica sin sacerdotes".

Este asombro y preocupación parecen bastante irreales. Porque en las circunstancias actuales en Alemania no se puede garantizar el reclutamiento de seminaristas. ¿Cómo involucrarse en el ambiente revolucionario impuesto por el Camino Sinodal que ha negado varios puntos de la fe y quiere implementar estructuras opuestas a la constitución divina de la Iglesia?

Además, la formación de los seminaristas está claramente en contradicción con la promoción de la vocación sacerdotal. Monseñor Bätzing nombró rector del seminario diocesano al Dr. Christof May. Lo que allí se enseña se puede leer en las declaraciones de uno de los últimos sacerdotes en ser ordenado:

“En mi interacción con la gente, me gustaría promover la vocación sacerdotal bautismal del individuo... ser compañero del pueblo peregrino de Dios con el fortalecimiento del sacerdocio bautismal voluntario...” Un programa de una horizontalidad deprimente.

En septiembre de 2023, el profesor de teología Thomas Laubach declaró al periódico Sonntag: “Los primeros cristianos celebraban los servicios religiosos en privado, en sus casas. Comían juntos, se ayudaban mutuamente. No necesitaban un sacerdote ni una comunidad eclesial para su forma de creer. Los creyentes se organizaban por su cuenta".

¿Por qué entonces la Iglesia necesitaría sacerdotes? La deserción de los seminarios se explica fácilmente y la revolución sinodal solo empeorará las cosas.