Países Bajos: la Conferencia Episcopal reacciona a Fiducia Supplicans

Fuente: FSSPX Actualidad

Conferencia Episcopal de los Países Bajos

En un comunicado de prensa publicado en el sitio web oficial de la Conferencia Episcopal de Holanda, fechado el 4 de enero, los obispos holandeses emitieron una “Respuesta a Fiducia Supplicans”, según el título de esta intervención. El término “respuesta” ya anuncia las intenciones de los firmantes.

El texto señala en primer lugar la intención de la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF): acoger a las personas en dificultad, y en particular a aquellas que viven en relaciones irregulares (divorciados vueltos a casar) o en una pareja homosexual.

La Conferencia Episcopal señala además que el DDF sostiene que el matrimonio solo es posible entre un hombre y una mujer, que es indisoluble y “que las relaciones irregulares, cualesquiera que sean, se enfrentan a objeciones morales intrínsecas”.

Pero el comunicado deja al margen la propuesta de las “bendiciones pastorales” presentada en Fiducia suplicans, en dos sentidos. Primero, porque se dirige solamente a los individuos, y no a las parejas, y luego negándose a hablar de bendición.

Por ello explican que “es posible orar por los creyentes individuales que se encuentran en una relación irregular”. Pero, añaden, “aquí es importante lo que se pide en la oración y la manera en que se pide”.

En particular, “en el caso de una persona en una relación irregular u homosexual, el ministro ordenado puede decir una oración simple fuera del contexto de una celebración de matrimonio o de un servicio de oración”. Esa es la manera.

“En esta oración”, se añade inmediatamente, “podemos pedir a Dios fortaleza y asistencia bajo la invocación de su Espíritu, para que la persona pueda comprender la voluntad de Dios en su vida y seguir creciendo”, eso es lo que se pide.

No es una bendición

Y para dejar las cosas perfectamente claras, los obispos holandeses explican que “la redacción elegida deja claro que no se trata de una bendición o una confirmación de una relación irregular y evita también cualquier confusión con el matrimonio, que, según la Iglesia católica, solo puede ser celebrado entre un hombre y una mujer”.

El propósito también está claramente delimitado: la oración se hace para “dar la fuerza para acercarse a Dios y vivir de acuerdo con sus designios respecto de la creación del hombre, de la mujer y del matrimonio”. En otras palabras, convertirse de sus malas costumbres.

Una reacción que no sorprende

Esta posición de la Conferencia Episcopal de los Países Bajos es muy cercana a la del cardenal William Eijk, arzobispo de Utrecht, quien, en septiembre de 2022, pidió a la Santa Sede que prohibiera a los obispos flamencos de Bélgica bendecir a las parejas del mismo sexo, porque los obispos de este país de habla holandesa habían elaborado una fórmula para bendecir a estas parejas. 

Esta última no fue rechazada por Roma, aunque tampoco recibió aprobación. Según monseñor Johan Bonny, obispo de Amberes, cuando le informó sobre esto al Papa Francisco, este último simplemente le preguntó si los obispos estaban de acuerdo entre sí. A su respuesta afirmativa, él habría accedido.

En su petición a la Santa Sede, el cardenal afirmó: “La declaración de los obispos flamencos, que autoriza la bendición de las parejas del mismo sexo y proporciona un texto litúrgico, suscita serias objeciones, contradice radicalmente una respuesta reciente de la Congregación para la Doctrina de fe y conlleva el riesgo de conducir a los católicos a opiniones contrarias a las enseñanzas de la Iglesia sobre la moral de las relaciones entre personas del mismo sexo".