Un cónclave en la era de la geopolítica

Fuente: FSSPX Actualidad

El próximo cónclave probablemente será diferente a cualquier otro, excepto por los ritos inmutables. Pero más allá de las habituales predicciones sobre los papabili mencionadas por la prensa, ¿qué peso puede ejercer la geopolítica global en la elección del próximo Papa?

No se trata de enterrar prematuramente a Francisco, que revela una actividad inusual para un hombre de 87 años y que pretende desempeñar sus funciones tanto como la Providencia se lo permita.

Pero no deja de ser interesante discutir el próximo cónclave desde el ángulo de las consideraciones geopolíticas, que parecen pesar mucho en un mundo económicamente globalizado, pero cultural y religiosamente fragmentado.

Los vaticanistas proponen varios cardenales que podrían suceder a Francisco. Los nombres propuestos a menudo se centran en la Curia y en los problemas internos de la vida de la Iglesia. Pero se pueden utilizar otros datos para sopesar estas evaluaciones. Cabe recordar que a principios de mayo de 2024, el Sacro Colegio contaba con 128 miembros votantes, menores de 80 años.

“93 fueron nombrados por Francisco, 27 por Benedicto XVI y 8 por Juan Pablo II. 52 son europeos (entre ellos 14 italianos), 21 proceden de Asia, 17 de África, 16 de América del Norte, 15 de América del Sur, 4 de América Central y 3 de Oceanía. 25 ocupan o han ocupado cargos en la Curia romana”, señala La Croix.

Uno de estos nuevos votantes explica: “Va a ser muy difícil cuando tengamos que elegir un nuevo Papa. Estamos dispersos por todo el mundo. No nos conocemos”, señala La Croix. Estos hallazgos sugieren que la geopolítica podría desempeñar un papel más importante de lo habitual en la elección del sucesor de Pedro.

Una interesante tesis geopolítica

Esta tesis señala que seis países desempeñan un papel cada vez más importante en el escenario mundial, como escribe el politólogo Cliff Kupchan en un artículo en Foreign Policy: Turquía, Indonesia, Sudáfrica, Brasil, Arabia e India. Un artículo en Crux, la revista en línea auspiciada por los Caballeros de Colón, habla sobre una relación con la posible influencia de estos países en un futuro cónclave.

Brasil, el país católico más grande por demografía, tiene una gran influencia en el catolicismo mundial. “La polarización política es ciertamente profunda entre los católicos pro-Lula y pro-Bolsonaro”, señala Crux, pero el actual presidente mantiene una relación privilegiada con el Papa.

La Turquía musulmana es objeto de un estrecho escrutinio en el Vaticano: “La Santa Sede comparte con ella la misma preocupación política: la de no aislar a Rusia a causa de la guerra en Ucrania”, señala Crux, y Francisco ha recordado repetidamente “los esfuerzos de paz realizados” por Turquía.

En cuanto a Arabia Saudita, el Vaticano “sentó lenta pero seguramente las bases para unos vínculos cada vez más estrechos” con ella, concluyendo en 2023 con los acuerdos para las relaciones diplomáticas con otros países de la región, en particular con el sultanato de Omán, explica también Crux.

En la India, “los católicos representan el 1.5% de la población”, es decir, 20 millones, señala el mismo periódico, pero “el catolicismo disfruta de un capital social muy importante gracias a sus obras sociales”. A pesar del giro nacionalista de Narendra Modi, "la posición de Nueva Delhi sobre las cuestiones mundiales es a menudo más cercana a la del Vaticano que a la de Washington o Bruselas", concluye Crux.

La situación es similar en Sudáfrica, donde los 3.8 millones de católicos representan el 6.3% de la población: pero la posición del catolicismo allí es "mucho más importante debido a la red de escuelas, hospitales y otras obras sociales", subraya la misma publicación.

En Indonesia, el país musulmán más poblado del mundo, los 8.3 millones de católicos representan apenas el 3% de la población, pero el catolicismo es “una de las seis religiones oficialmente reconocidas”, explica John L. Allen Jr., en Crux, y goza de una influencia significativa en la sociedad.

La importancia de estos seis países se debe en parte a sus economías en crecimiento y a su capacidad en los campos tecnológico y científico, lo que les otorga una seria ventaja en el futuro, según el análisis de Foreign Policy.

Por otro lado, se debe también a su “capacidad para explotar las rivalidades entre Estados Unidos, China y Rusia, alternativamente haciendo concesiones o imponiendo demandas” a cada uno de ellos, “sin comprometerse plenamente con uno u otro”, comenta el editor de Crux, Cliff Kupchan.

John L. Allen Jr. concluye que los prelados –actuales o futuros– al frente de las Iglesias locales en estos países clave serán voces escuchadas durante la elección del próximo pontífice soberano.

Sin embargo, cabe señalar que ninguno de ellos es cardenal en la actualidad, lo que reduce seriamente su influencia en caso de cónclave. Además, es probable –pero no seguro– que las consideraciones internas de la Iglesia predominen en la elección del próximo sucesor de Pedro –al menos eso cabría esperar.