Exitoso regreso a casa de San Pío X

"¡Volveré, vivo o muerto!", dijo San Pío X a su grey en los albores de su pontificado. Una promesa cumplida ciento veinte años después: del 4 al 23 de octubre de 2023, la urna de cristal que contiene los venerados restos del Papa Sarto salió de la basílica vaticana donde se conserva en la Capilla de la Presentación de la Virgen, para una peregrinatio corporis en las diócesis de Treviso y Padua y en el Patriarcado de Venecia.

El cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la basílica de San Pedro –y como tal responsable de las reliquias y del mobiliario que contiene– aprobó, a petición del Papa Francisco, una peregrinación en cinco etapas: un programa particularmente intenso.

Este programa fue cuidadosamente evaluado por la Fabrique de Saint-Pierre para garantizar, con las precauciones necesarias, la seguridad y conservación de los augustos restos durante las diferentes fases de su traslación. El objetivo era ofrecer a la devoción de los fieles el más amplio acceso posible al sucesor de Pedro canonizado hace casi un siglo.

Para acompañar los restos mortales fue designado Monseñor Lucio Bonora, funcionario de la Secretaría de Estado, acompañado de una delegación de los servicios de seguridad del Cuerpo de Gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano encargados de velar especialmente por la seguridad del cuerpo conservado en el interior de una doble urna de cristal y decorado con un fastigium de bronce cincelado.

San Pío X se encontró así una vez más en el centro de la actualidad religiosa: es la primera vez en la historia de la Iglesia que se realiza una peregrinatio por etapas para un Papa fallecido, porque durante las anteriores traslaciones de las reliquias de Giuseppe Sarto, el viaje se limitó a una sola etapa.

Los habitantes de Venecia y los organismos encargados respondieron por miles durante las diversas ostensiones del cuerpo colocado sobre una base antivibraciones, que también mantiene una temperatura y una higrometría constantes en el interior del relicario. Se concedió una indulgencia plenaria a todos los peregrinos que hicieran el viaje: suficiente para atraer a multitudes aún animadas por el espíritu de fe.

Cabe señalar que San Pío X sigue siendo una figura extremadamente popular en Italia, en contraste con el otro lado de los Alpes, donde todavía se transmite la oscura leyenda de un Papa austero obsesionado con rastrear a los "modernistas". La realidad es diferente. Procedente de una familia modesta de Riese, Venecia, Giuseppe Sarto fue ascendiendo uno a uno los escalones de la jerarquía eclesiástica, dedicando en la medida de sus posibilidades los recursos de su ministerio al cuidado de las "periferias" de la época: los pobres y los enfermos.

Elegido Sucesor de Pedro en 1903, San Pío X encarnó el verdadero espíritu de reforma de la Iglesia: esforzándose por modernizar los sectores que podían ser modernizados según las exigencias de los tiempos, sin renunciar nunca a nada de la Tradición de la Iglesia.

Un faro del que se ha alejado el modernismo, omnipresente desde el Concilio Vaticano II, con la consiguiente acumulación de ruinas. El Sínodo sobre la Sinodalidad es solo un nuevo avatar que sin duda tendrá el mismo resultado.