Recordando las ordenaciones sacerdotales clandestinas de 1944 en Dachau, Alemania

Fuente: FSSPX Actualidad

Monseñor Gabriel Piguet (1887-1952)

Todos los años se conmemora a las víctimas de las guerras, especialmente las de 1939-1945. La memoria selectiva deja en el olvido a ciertas figuras. FSSPX.Actualidad quisiera recordar un acontecimiento importante que tuvo lugar en Dachau en 1944: la ordenación clandestina de un sacerdote realizada por el único obispo francés que fue deportado.

"El anillo episcopal forjado en bronce, la cruz pectoral esculpida a partir de un pedazo de roble, e incluso una mitra llevada ocultamente": el obispo, así ataviado, el 17 de diciembre de 1944, Domingo de Gaudete, recuerda Giorgio Bernadelli en Vatican Insider, no era más que otro número en Dachau: ID 103,001. Se trataba de Monseñor Gabriel Piguet, obispo de Clermont-Ferrand, el único obispo francés que fue deportado a un campo de concentración durante la guerra. Pero su presencia en ese lugar fue providencial, pues pudo ordenar un sacerdote.

La ordenación sacerdotal de Karl Leisner



Durante la improvisada ceremonia, un compañero de celda judío permaneció afuera mientras tocaba el violín para distraer a los guardias. Dentro de la celda estaba el llamado "cuartel de los sacerdotes", en el bloque 26, donde el prelado francés impuso sus manos sobre el Padre Karl Leisner, un joven diácono alemán que padecía tuberculosis pulmonar en etapa terminal, y que había sido deportado por hacer algunas declaraciones imprudentes sobre el ataque fallido hacia Hitler el 8 de noviembre de 1939. Había estado encarcelado en Dachau desde diciembre de 1940.

Para esta ordenación extraordinaria se trataron de observar todas las reglas del derecho canónico. Las cartas dimisorias se obtuvieron gracias a Monseñor Clemens von Galen, obispo de Münster, la diócesis del joven diácono, así como la aprobación del Ordinario, el Cardenal Michael von Faulhaber, entonces obispo de Munich. Gracias a una joven que se estaba preparando para ingresar a la vida religiosa y estaba en contacto con muchos de los comandos que trabajaban en los campos, pudieron obtener crisma sagrado y el misal Pontifical que contenía el rito de ordenación.

La salud del nuevo sacerdote era tan precaria que pudo celebrar su primera, y única Misa, hasta el 26 de diciembre. Murió a causa de la tuberculosis el 12 de agosto de 1945, tres meses después de la liberación del campo a manos de los estadounidenses. En la última página de su diario escribió "¡Señor, bendice también a mis enemigos!"

En cuanto a Monseñor Piguet, pudo regresar a su diócesis, en donde murió en 1952. Vale la pena contar su historia.

Monseñor Gabriel Piguet: un obispo con un destino excepcional

 

Nacido en Macon en 1887, fue ordenado sacerdote en 1920. Se convirtió en vicario de la catedral de Autun después de haber obtenido su doctorado en teología en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, en Roma. En 1914, a la edad de 27 años, se enroló como enfermero. Fue herido de gravedad en septiembre de 1915 en los bosques de Apremont, y evacuado por orden del General Philippe Pétain. Más tarde, fue condecorado con la cruz de guerra.

Fue nominado obispo de la diócesis de Clermont el 7 de diciembre de 1933, y fue consagrado el 17 de febrero de 1934. Apoyó la entrada de Francia en la guerra el 3 de septiembre de 1939: "Hoy, el servicio de la Francia unánime contra la tiranía nazi aliada con la barbarie bolchevique ha llamado a muchos de ustedes a la bandera. Nuevamente, la causa de la justicia, la libertad, la paz y la civilización cristiana tiene a Francia y sus aliados como campeones." Describió la llegada de las tropas alemanas como "los ostrogodos motorizados del siglo XX."

Luego del armisticio, apoyó al Mariscal Pétain, a quien elogió como el salvador de Verdun. Se adhirió a la Legión Extranjera Francesa y luchó por renovar el espíritu del país según los principios de la Revolución nacional. En 1942, tras la invasión de la zona libre y el aumento de las represalias por parte de los invasores, se distinguió por salvar a muchos judíos, proporcionándoles lugares donde resguardarse en instituciones católicas. Intervino personalmente para salvar a muchos niños, lo cual le ganó la condecoración póstuma "Justo entre las Naciones", una distinción creada por el Estado de Israel en 1953.

También ayudó a Jean de Viry, un sacerdote de la diócesis de Annecy, quien estaba involucrado en la resistencia y fungía como capellan de los niños y niñas exploradores de Francia. Lo recibió en su diócesis bajo un nombre falso. Después de haber sido denunciado, Monseñor Piguet fue convocado por la Gestapo en Clermont-Ferrand, el 28 de mayo de 1944.

Más tarde diría: "Fue el domingo 28 de mayo de 1944, día de Pentecostés. Después de la Misa Solemne Pontifical que celebré en mi catedral, un policía alemán me habló en el umbral del palacio episcopal, y me ordenó acudir directamente con el jefe de la Gestapo en Clermont-Ferrand." Fue encarcelado en Clermont, a donde lo trataron brutalmente, antes de ser transferido al campo de Struthof, en Alsacia, y luego a Dachau, en Bavaria, en septiembre de 1944.

Gracias a la intervención del Papa Pío XII, las condiciones de la detención de Monseñor Piguet mejoraron el 22 de enero de 1945, cuando abandonó el bloque 26 para ser trasladado al búnker de los prisioneros distinguidos. Tres meses después, el campo fue liberado. El obispo regresó triunfalmente a su catedral el 14 de mayo de 1945.

Sin embargo, el 26 de julio de 1944, el ministerio francés del interior añadió su nombre a la lista de prelados "que causaron gran escándalo durante la ocupación" (sic). El nuncio Roncalli se opuso a su destitución, y a la de los casi 25 obispos y cardenales que el gobierno francés deseaba expulsar. Fue así como Monseñor Piguet, un héroe de la Gran Guerra, un obispo recto y leal, un miembro deportado de la resistencia, permaneció como jefe de la diócesis de Clermont hasta el momento de su muerte, a la edad de 65 años, el 3 de julio de 1952.

Victor in vinculis 

 

En Dachau, 2,579 sacerdotes, seminaristas y religiosos católicos fueron encarcelados brutalmente. 1,034 perdieron la vida en ese lugar, entre ellos 868 polacos. 56 miembros del clero que murieron en Dachau han sido elevados a la dignidad de los altares después de haberse confirmado su práctica heroica de la virtud cristiana. El campo de concentración en Dachau es el cementerio de sacerdotes católicos más grande del mundo.

En el báculo improvisado esculpido para la ordenación de Karl Leisner, los prisioneros grabaron las palabras Victor in vinculis - victorioso en cadenas.