Ucrania: la Iglesia greco-católica se opone a "Fiducia supplicans"

Fuente: FSSPX Actualidad

Monseñor Sviatoslav Chevtchouk, primado de la Iglesia greco-católica ucraniana

El arzobispo mayor de Kiev-Galitzia, primado de la Iglesia greco-católica ucraniana (UGCC), Monseñor Sviatoslav Shevchuk, emitió un comunicado el viernes 22 de diciembre de 2023 para expresar que la declaración Fiducia supplicans no se aplicará en su Iglesia.

La Iglesia greco-católica ucraniana es una Iglesia de rito oriental con aproximadamente seis millones de fieles y que, siendo la más grande de Ucrania, a menudo se identifica como “católica ucraniana”. Los católicos ucranianos de rito latino fueron de los primeros en reaccionar contra Fiducia supplicans.

El comunicado aclara que esta intervención se realiza “en respuesta a los numerosos llamamientos de obispos, clérigos, monjes, movimientos eclesiales y laicos individuales de la Iglesia greco-católica ucraniana sobre la Declaración del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) Fiducia Supplicans (18 de diciembre de 2023), y luego de una consulta con expertos e instituciones competentes”.

La razón de fondo

Monseñor Chevtchouk explica que “el significado de la palabra bendición es diferente en la UGCC y en la Iglesia latina”. Continúa aclarando que “según las tradiciones del rito bizantino, el concepto de “bendición” significa la aprobación, el permiso o incluso el mandamiento de un tipo específico de acción, oración y prácticas ascéticas, incluidos ciertos tipos de ayuno y oración".

Por eso “la bendición de un sacerdote tiene siempre una dimensión evangelizadora y catequética y, por tanto, no puede contradecir en modo alguno la enseñanza de la Iglesia católica sobre la familia como una unión de amor fiel, indisoluble y fecunda entre un hombre y una mujer, que Nuestro Señor Jesucristo ha elevado a la dignidad del santo sacramento del matrimonio”.

La razón de forma

Monseñor Chevtchouk explica también que “la Declaración (del DDF) no aborda cuestiones de fe o de moral católicas, no se refiere a ningún precepto del Código de Cánones de las Iglesias Orientales (CCEO) y tampoco se refiere a los cristianos de Oriente".

Es necesario señalar, como explica el arzobispo mayor de Kiev, que, según el canon 1492 del CCEO, cuando un texto romano no se refiere a la fe o a la moral, se aplica solo a la Iglesia latina y no a las iglesias orientales, a menos que se nombren expresamente.

Por lo tanto, el primado de la Iglesia greco-católica ucraniana concluye lógicamente que “la Declaración no tiene valor jurídico para los fieles de la Iglesia greco-católica ucraniana”. Y añade que “tampoco se refiere a los cristianos orientales” en su generalidad.

Conclusión

Cabe señalar la reacción del mundo ortodoxo, expresada en las palabras del metropolita Hilarión, una reacción muy negativa. Sin duda, los greco-católicos sentirán el mismo rechazo hacia el texto, como lo demuestra esta reacción inicial. Si lo aprobaran, sería una catástrofe para sus fieles.

Después de la del mundo católico africano, esta segunda reacción era perfectamente predecible. ¿No anticipó estas reacciones el cardenal Manuel Fernández, prefecto del DDF? ¿O quizá decidió ignorarlas? Ambas actitudes constituyen una marcada falta de prudencia.

Es más probable que su decisión haya sido ignorarlas. Esta última actitud se refleja en sus respuestas durante una entrevista concedida a Religión Digital: "Me parece extraño que un texto tan clásico pueda ser malinterpretado. Se bendice a la pareja, a esas dos personas que se presentan, pero no a la unión misma. Parece ser un tema que causa urticaria".

Una “urticaria", así describe el prefecto estas reacciones católicas que representan a millones de fieles, miles de sacerdotes y cientos de obispos. Y le resulta extraño que hayan interpretado tan mal “un texto tan clásico”. Sin duda, es él quien debería hacerse varias preguntas.