¿Un cónclave hecho a medida para el sucesor de Francisco? (3)

Fuente: FSSPX Actualidad

Los cardenales en el cónclave

El 4 de noviembre de 2023, el sitio web The Pillar anunció que se está realizando actualmente un estudio sobre una reforma del cónclave. La información fue también transmitida por Il Sismografo y por Aldo Maria Valli, pero fue inmediatamente desmentida por la sala de prensa del Vaticano y por el cardenal Gianfranco Ghirlanda s.j., canonista del Papa Francisco. ¿Qué sucede exactamente? ¿Y cuáles serían los riesgos de tal reforma si se lleva a cabo?

Los peligros de un “cónclave sinodal”

El 22 de noviembre, en el sitio web First Things, el académico estadounidense George Weigel presentó un análisis sobre los riesgos de tal reforma, sin mencionar el hecho de que los laicos nombrados por el Papa serían votantes en el cónclave, pero, incluso limitándose a las congregaciones generales preparatorias, afirma con justa razón que su influencia sería desastrosa por el siguiente motivo:

“En efecto, si bien hoy en día puede que no haya monarcas católicos que quieran influir en un cónclave a través de un veto, otras potencias mundiales ciertamente intentarían ejercer otras formas de veto.

"Abrir debates preelectorales más allá del colegio cardenalicio conduciría inevitablemente a la presión de los medios globales y las redes sociales, y esa presión definitivamente estaría impulsada por una agenda determinada. Los gobiernos hostiles a la Iglesia sin duda querrán interferir en el cónclave: inmediatamente vienen a la mente China, Rusia, Cuba y Venezuela, y bien puede haber otros".

Y añade: “Hay filántropos multimillonarios para quienes la Iglesia católica es la última gran institución global que obstruye el programa arcoíris, a favor de los LGBTQ+. Estos hombres y mujeres ya han considerado oportuno invertir millones de dólares en referéndums sobre el aborto en países históricamente católicos.

“Y no hay razón para dudar que usarían su riqueza para influir en las discusiones previas a la votación durante un interregno papal, partiendo de la premisa de que la orientación de esas discusiones tiene una influencia decisiva en la votación cuando los cardenales electores se encuentran en el cónclave.

"Ciertamente, estas presiones existirían incluso si no se cambiaran las reglas actuales del cónclave. Pero abrir las discusiones previas a la votación a personas que no son cardenales y, al mismo tiempo, amordazar las voces de algunos de los ancianos más sabios de la Iglesia hace mucho más probable que esta presión tenga un efecto real. Y eso no debería suceder".

El 24 de noviembre, La Nuova Bussola Quotidiana añadió que si estos “filántropos multimillonarios” se encontraran en la “cuota secular” de votantes, y no solo en las congregaciones preparatorias, “las viejas cuestiones de poder [político] serían reemplazadas por influencias mucho más importantes y a largo plazo, ya que son de naturaleza ideológica.

"Tal escenario, que esperamos sea hipotético, abriría las puertas de la Capilla Sixtina ya no a monarcas y emperadores, sino a grupos de presión y agendas mucho más apremiantes".

¿Un signo de impaciencia o impotencia?

El 8 de noviembre, Enrico Roccagiachini en el sitio web Messa in latino se preguntaba sobre el significado de esta precipitación. Considera esto como una señal de que los progresistas que actualmente ocupan posiciones clave en Roma no están seguros de su continuidad después de la muerte de Francisco:

“No se puede ocultar que el pontificado ha entrado ahora en su fase terminal, por lo que es fisiológico que, en la Iglesia, empecemos a pensar cada vez más concretamente en la era post-Francisco. Evidentemente, quienes están en el poder también piensan en ello, con miras a la supervivencia de su línea de pensamiento y de acción.

"Sin embargo, cuando quienes preparan la sucesión lo hacen con una reforma electoral sustancial es porque temen que, con las reglas en vigor, las futuras elecciones no se desarrollen según sus planes. Se trata, pues, de un claro intento de no perder, pues están convencidos de que esto es lo que ocurriría si las elecciones se desarrollan según las reglas habituales".

Roccagiachini cita el análisis del sitio Campari & de Maistre del 7 de noviembre: los hombres de Santa Marta “debieron darse cuenta de que el futuro cónclave, incluso repleto de cardenales nombrados por el actual pontífice, no sería necesariamente un triunfo y que el próximo Papa podría echarlos.

"La idea de cambiar las reglas podría surgir, por tanto, de la constatación de que ahora están solos, aferrados a la figura de un pontífice que todavía actúa como paraguas protector de su arrogancia, pero que ya no es tan enérgico como hace 10 años, muy desacreditado en el episcopado y él mismo muy politizado".