El dilema del Papa Francisco

Fuente: FSSPX Actualidad

El libro que el cardenal Robert Sarah publicó recientemente - "con la contribución de Benedicto XVI" -, Desde lo Más Profundo de Nuestros Corazones, en defensa del celibato eclesiástico, coloca al Papa Francisco en una posición delicada.

Después del Sínodo para la Amazonía, el actual pontífice soberano debe publicar su exhortación apostólica, ¿accederá acaso a las solicitudes de los padres sinodales en favor de la ordenación de hombres casados, ignorando los recordatorios del prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, respaldados por su predecesor en el trono de San Pedro? Es cierto que el Papa ignoró por completo las Dubia formuladas en 2016 por los cardenales Brandmüller, Burke, Caffarra y Meisner, sobre la exhortación Amoris lætitia que autoriza la comunión a los divorciados "vueltos a casar", publicada al término del Sínodo sobre la Familia. ¿Actuará del mismo modo con respecto al celibato eclesiástico?

Además, si el cardenal Gerhard Ludwig Müller se uniera al cardenal Sarah en su llamamiento "a todos los obispos, sacerdotes y laicos", para que "ya no se dejen impresionar por los malos argumentos, escenificaciones teatrales, mentiras diabólicas y errores de moda que quieren devaluar el celibato sacerdotal", si el prelado alemán se uniera a esta exhortación, ¿podría decir Francisco que prefiere seguir el "camino sinodal" alemán que aboga por una" Iglesia con rostro amazónico", es decir, dotada de un clero casado?

Un obispo progresista como Monseñor Erwin Kraütler, gran defensor de la ordenación de hombres casados, afirmó en su libro Renovación Ahora. Impulsos desde el Amazonas para la Reforma de la Iglesia (Tyrolia, 2019), cómo podría el papa Francisco superar esta dificultad subrepticiamente: "el Papa podría, como lo hizo en el Sínodo sobre la Familia, abrir una puerta diciendo: 'Ahora ustedes, los obispos, tienen la oportunidad de hacer lo que crean que es correcto'".

Es la "pastoral de la puerta trasera": la puerta doctrinal permanece cerrada, el celibato sacerdotal se mantiene en todas partes, pero se hace una apertura "misericordiosa" en la parte trasera, a nivel local. El riesgo que se corre es que la apertura sea demasiado grande...

El cardenal Sarah denuncia precisamente esta artimaña. Llama a las cosas por su nombre, afirmando que la ordenación de hombres casados "no es una excepción, sino una fisura, una herida en la coherencia del sacerdocio. Hablar de una excepción sería un término equivocado o una mentira".

Padre Alain Lorans