Benedicto XVI aboga por el mantenimiento del celibato sacerdotal

Desde su renuncia en 2013, Benedicto XVI rara vez ha roto su silencio, en cualquier caso, nunca a través de un libro firmado conjuntamente con su amigo Robert Sarah, el actual prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Este libro es, por lo tanto, de particular importancia.

Si el exPapa y el alto prelado guineano tuvieron cuidado de presentarse como "dos obispos" en "obediencia filial", que "buscan la verdad", es a causa del desarrollo del reciente Sínodo para la Amazonía, ante el cual se vieron obligados a reaccionar escribiendo: "Silere non possum, no puedo callar", parafraseando a San Agustín.

El Papa emérito habla del "extraño sínodo mediático" que habría tenido precedencia sobre el sínodo real. Es la misma artimaña utilizada el 14 de febrero de 2013, cuando invocó un "concilio de los medios de comunicación" que habría superado al concilio real. Una forma de exonerar el Concilio Vaticano II de las ruinas que ha causado en todas partes...

Al examinar la tesis de que el celibato sacerdotal es solo una ley tardía en la disciplina de la Iglesia, los autores muestran que la esencia del celibato tiene sus raíces en las Escrituras, y advierten contra una visión puramente funcional de la Iglesia.

"Es urgente y necesario, que todos, obispos, sacerdotes y laicos, tengan cuidado de no dejarse impresionar por las malas declaraciones, las mentiras diabólicas, los errores de moda cuyo objetivo es devaluar el celibato sacerdotal", denuncian los dos autores, en una crítica que parece aplicarse tanto al sínodo pan-amazónico, como al lamentable aggiornamento que está deteriorando la Iglesia de Alemania.

Las explicaciones de los progresistas

Poco después de la publicación de estos textos en Le Figaro el 13 de enero, Andrea Tornielli, director editorial del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede, minimizó en Vatican News el alcance e importancia del libro, presentándolo como una simple "contribución al celibato sacerdotal, en obediencia filial al Papa", insistiendo en el hecho de que la continencia de los clérigos "no es y nunca fue un dogma", sino, más bien, "un don precioso", a favor del cual el Papa Francisco ya se ha expresado.

En Vatican Insider -sitio de información con el que colabora estrechamente Andrea Tornielli- Salavatore Cernuzzio se mostró más incisivo sobre el ex Pontífice Romano y el cardenal Sarah: "El hecho de que el Papa Emérito de 92 años, que ya es utilizado como el rostro de las corrientes sedevacantistas, haya elegido firmar un libro, con un cardenal aclamado por la rama ultra-tradicionalista, generará controversia". Por su parte, Nicolas Sénèze de La Croix considera el acto como "un duro golpe en la espalda del Papa" (sic).

Anticipándose a los muchos comentarios que su obra provocaría, el cardenal Sarah aclaró de antemano a Jean-Marie Guénois de Le Figaro: "Actuamos movidos por un espíritu de amor a la Iglesia y al Papa. La ideología divide, la verdad une los corazones. Examinar la doctrina de la fe solo puede unir a la Iglesia en torno a Cristo y al Santo Padre".

En cuanto se publique el libro del cardenal Sarah, FSSPX.Actualidad ofrecerá un análisis al respecto. Pero parece sorprendente que este libro se haya podido publicar sin el consentimiento de Francisco.