Estados Unidos: 300 sacerdotes sospechosos de abusos cometidos entre 1947 y 2010

Fuente: FSSPX Actualidad

Pittsburgh, Pensilvania

Una investigación realizada en Estados Unidos por el fiscal de Pensilvania, reveló casos de 300 sacerdotes sospechosos de haber abusado de más de mil niños entre 1947 y 2010. Lo peor de todo es que, supuestamente, estos sacerdotes estaban protegidos por sus superiores. La información se ha difundido rápidamente y ha sido comentada por los medios de comunicación en todo el mundo.

La indagación del jurado investigó algunos casos ocurridos hace más de 70 años en seis diócesis del estado de Pensilvania: Allentown, Erie, Greensburg, Harrisburg, Pittsburgh y Scranton. La mayoría de las víctimas fueron niños y algunos adolescentes. El informe denuncia los repetidos abusos perpetrados por estos "sacerdotes depredadores", y el hecho de que estos últimos estaban, en cierto modo, "protegidos" por su jerarquía. Supuestamente, sus superiores prefirieron transferirlos a otras diócesis del país, en vez de reportar sus sospechas y el testimonio de los testigos ante la justicia civil - el informe no menciona si las familias se rehusaron a presentar una denuncia en ese momento. Algunos de estos sacerdotes continuaron practicando actividades pastorales que involucraban contacto con niños o adolescentes, a pesar de las acusaciones que han demostrado ser ciertas.

Casi todos los casos están sujetos al plazo de prescripción, por lo que no pueden ser procesados en tribunales penales. Sin embargo, dos de las personas implicadas fueron procesadas por agresiones, el caso más reciente ocurrió en el año 2010. Aunque ya no pueden ser procesados, los jurados decidieron publicar los nombres de los sacerdotes acusados por la investigación, ignorando la presunción de inocencia y la posibilidad de acusaciones falsas.

En el informe, los miembros del jurado "admiten que muchas cosas han cambiado (en el clero estadounidense) durante los últimos quince años", pero añaden que las dos condenas recientes son una prueba de que "el abuso a menores en la Iglesia no ha desaparecido."

Los miembros del jurado sugieren varias reformas, incluyendo una modificación a la ley para prolongar los plazos de prescripción tanto en tribunales civiles como penales.

Mención de la Fraternidad San Pío X

Radio Télévision Suisse (RTS) reveló el 20 de agosto de 2018, que dos de los nombres que aparecen en el informe del fiscal de Pensilvania fueron miembros de la Fraternidad San Pío X.

El primero de ellos no pertenece a la Fraternidad desde hace más de veinte años. Fue expulsado en 1997 por cuestiones disciplinarias, y dejó la Fraternidad San Pío X para fundar su propia hermandad sacerdotal en una diócesis de Estados Unidos. Esto sucedió cuando empezaron a surgir las acusaciones de comportamiento inmoral, por lo que el obispo local eliminó dicha hermandad.

El segundo sacerdote que aparece en la lista fue relevado de su apostolado y castigado por conducta delictiva con una adolescente. Cuando abandonó su lugar de reclusión para unirse a una diócesis estadounidense con miras a ejercer su apostolado, su caso fue reportado a la Santa Sede y se le impidió llevar a cabo su plan.

Los obispos estadounidenses señalan que muchos casos ocurrieron antes del 2002

En su primera respuesta, los directores de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB por sus siglas en inglés) elogiaron "la valentía de las personas que contribuyeron con la investigación compartiendo sus historias personales de abuso". Es una gran prueba para las familias y las víctimas tener que revivir situaciones tan dolorosas. Como obispos que somos, declararon "nos sentimos avergonzados y lamentamos enormemente los pecados y omisiones cometidos por los obispos y sacerdotes católicos."

El presidente de la USCCB, el Cardenal Daniel N. DiNardo, y el presidente del Comité para la Protección de Niños y Jóvenes, Monseñor Timothy L. Doherty, reconocieron "los errores cometidos por la Iglesia en este escándalo", con un clero que "facilitó un mal que continuó durante años, e incluso décadas". Aunque esta situación sea tan dramática y escandalosa, no se puede ni se debe generalizar. Acusar a la Iglesia o al clero como un todo sin hacer distinción, es una forma de estigmatizar a la institución y al sacerdocio. Esto es exactamente lo que quieren los enemigos de la Iglesia.

Sin embargo, la USSCB señala que la investigación del Gran Jurado de Pensilvania abarca un período de 70 años, y que muchas de las acusaciones de abuso fueron hechas antes del 2002, una época en que los obispos estadounidense adoptaron "nuevas políticas para la protección de niños y jóvenes". De hecho, el "Estatuto para la Protección de Niños y Jóvenes", conocido como el "Estatuto de Dallas", prescribe sanciones radicales e inmediatas para los sacerdotes acusados de abusos sexuales a menores. Asimismo, establece que cualquier sacerdote culpable de un solo acto de abuso deberá ser inmediatamente excluido del ministerio sacerdotal.

Roma afirma "continuar con los esfuerzos para garantizar la seguridad de los niños"

La Santa Sede ha tratado este informe con "gran seriedad", y condena inequívocamente los abusos sexuales de menores", declaró Greg Burke, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el 16 de agosto de 2018.

Las víctimas deben saber que tienen todo el apoyo del Papa. Las personas que han sufrido son su prioridad, y la Iglesia quiere escuchar a estas personas para extirpar esta terrible tragedia que destruye las vidas de los inocentes.

"La Santa Sede también desea resaltar la necesidad de cumplir con la ley civil, incluyendo los requisitos obligatorios de denuncia de abuso infantil", y "quiere esforzarse al máximo para crear un entorno seguro para los menores y adultos vulnerables en la Iglesia y en toda la sociedad", aseguró el ex periodista a Fox News, además de abogar por la "toma de responsabilidad, tanto de parte de los abusadores como de aquellos que facilitaron el abuso."

También elogió los buenos resultados de la reacción de los obispos de Estados Unidos durante las últimas dos décadas, y al igual que la USCCB, señaló que:

la mayoría de los casos del informe se refieren a abusos cometidos a principios de la década del 2000. Al no tener registrado prácticamente ningún caso después del 2002, las conclusiones del Gran Jurado son consistentes con los estudios previos que demuestran que las reformas de la Iglesia católica en Estados Unidos redujeron drásticamente la incidencia de abusos infantiles por parte del clero.

Un grupo de "teólogos" firma una carta para pedir la renuncia de los obispos

Este escándalo ha sido reportado en todo el mundo. En Estados Unidos, más de 140 "teólogos", educadores y directores laicos, exigieron la renuncia de los obispos estadounidenses, así como lo hicieron los 34 obispos chilenos en mayo de 2018 tras las revelaciones de abusos sexales y corrupción; los signatarios de la petición en inglés y en español argumentan que esto constituiría "un acto público de arrepentimiento y lamentación ante Dios y ante el pueblo de Dios."

En Europa, Monseñor Charles Morerod, obispo de Lausana, Ginebra y Friburgo, en Suiza, admitió que "las revelaciones abiertas de las acciones de algunos miembros del clero",  independientemente de si cometieron abusos sexuales o trataron de encubrirlos, "debilitan a la Iglesia... pero también pueden fortalecerla". Giorgio Prestele, presidente del Comité de Expertos en "Abusos Sexuales en el Contexto Eclesiástico" para la Conferencia Episcopal de Suiza, también considera que el "inmenso sufrimiento de las víctimas anima a la Iglesia a tomar medidas y a crear lugares donde las víctimas pueden ser recibidas y acompañadas, para cooperar con las autoridades gubernamentales y proporcionar asistencia independiente."

El Papa Francisco denuncia el "clericalismo"

El informe del fiscal de Pensilvania también provocó una reacción en el Papa Francisco, el 20 de agosto de 2018, con una "Carta al Pueblo de Dios". Frente a estos escándalos, el Santo Padre quiso "reconocer y condenar, con dolor y vergüenza, estas atrocidades" perpetradas por algunos miembros del clero. Este documento, escribió el soberano pontífice, ilustra el hecho de que "estas heridas no desaparecen jamás". Y a pesar de las medidas tomadas para "silenciarlas", el dolor de las víctimas "clama al cielo".

Ante estos abusos, el Papa declaró: "no estuvimos donde teníamos que haber estado. (...) No nos preocupamos por los pequeños; los abandonamos", y expresó "nuestra vergüenza y arrepentimiento como una comunidad eclesial". Aunque "ningún esfuerzo por pedir perdón y buscar reparar el daño cometido será suficiente", escribió, "no debemos dejar de esforzarnos" para evitar que estas situaciones ocurran nuevamente. Es, por tanto, "urgente que reafirmemos una vez más nuestro compromiso de garantizar la protección de los menores y adultos vulnerables," insistió el Papa Francisco.

En su carta, el sucesor de Pedro plantea la idea de que una de las razones de estas "heridas eclesiásticas" es "la forma peculiar de entender la autoridad de la Iglesia". El "clericalismo", señaló, "ayuda a perpetuar muchos de los males que hoy estamos condenando", por ejemplo "la sed de poder y posesiones" y la "corrupción espiritual."

Reacciones vehementes a la carta del Papa Francisco

En Italia, el periodista Aldo Maria Vali recopiló las distintas reacciones generadas por la publicación de la carta del Papa Francisco. El artículo del escritor italiano, traducido por benoit-et-moi.fr, cita los comentarios hechos por el sitio web estadounidense LifeSiteNews: el Papa señala con un dedo acusador el "clericalismo", visto como "una forma peculiar" de considerar y vivir la autoridad de la Iglesia, pero su explicación parece demasiado ambigüa y falsa. El artículo hace hincapié en que las palabras "obispo" y "homosexualidad" no se mencionan ni una sola vez en la carta del Papa, y recuerda los comentarios del Cardenal Raymond Burke y del obispo de Madison, Monseñor Robert Morlino, para quienes es imposible enfrentar una crisis tan dramática como la crisis de abusos sin admitir el problema de la homosexualidad y permisividad que se ha infiltrado en la Iglesia.

LifeSiteNews revela que las estadísticas contenidas en el informe del Gran Jurado de Pensilvania muestran que las tres cuartas partes de los sacerdotes acusados eran homosexuales, y que la mayoría de ellos eligió a adolescentes como sus víctimas. "Es incorrecto hablar de pedofilia, o, por lo menos, hablar únicamente de pedofilia"; estos son casos de efebofilia. Especialmente si se toma en cuenta que el estudio del John Jay College de la Universidad de Nueva York, realizado en febrero de 2004, también indicó que el 81% de las víctimas eran hombres, especialmente adolescentes de entre 14 y 17 años de edad.

En sus comentarios sobre la carta del Papa Francisco, el italiano Giovanni Servodio recordó en unavox.it que "la verdadera caridad exige la verdad, y la verdad es que la "suciedad" es una parte integral del mundo actual sin Dios y sin moral", un mundo al que "la nueva Iglesia nacida con el Concilio Vaticano II abrió sus puertas culpablemente". Según el periodista:

seguir hablando de los miembros del clero y de las personas consagradas involucradas en prácticas dañinas y antinaturales (...) sin mencionar el hecho de que el inesperado desbordamiento de "suciedad" del mundo hacia la Iglesia es la primera causa del mal que se denuncia, es una forma de convertirnos en cómplices, o incluso en promotores." Y concluyó diciendo: "eso es lo que le faltó a la carta: no se habla para nada de lo que el Papa debería hacer para eliminar toda esta 'suciedad'.

El comentario de Carlos Esteban, un periodista español, hecho en infovaticana.com, es básicamente el mismo:

cualquier reacción que no incluya el anuncio de un cambio radical que arranque de raíz la cultura homosexual establecida en tantos seminarios y curias diocesanas, es simplemente un intento por controlar los daños (...).

Y añadió:

No sólo el Vaticano no ha dicho nada sobre esta crisis (...), sino que, como podemos constatar una y otra vez, existe una desalentadora desconexión entre muchos de los mensajes más prometedores del Papa y sus acciones concretas y medidas reales.

La hipocresía del mundo y la realidad estadística

El hecho de que estos hombres investidos con la dignidad sacerdotal hayan podido cometer este tipo de actos es realmente una vergüenza. Manchan su sacerdocio y perjudican a la Iglesia, escandalizan a las almas que ponen en peligro y abusan de quienes han puesto su confianza en ellos. Jesucristo nos advirtió: "¡Ay de aquel por quien vengan los escándalos!" (Lc. 17:1). Y nuevamente: "Al que escandalizare a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valiera que le colgasen al cuello una piedra de molino de asno y le arrojaran al fondo del mar" (Mt. 18:6).

Aunque existan pervertidos o mentes desequilibradas dentro de los hombres consagrados, no debemos perder de vista la hipocresía general que reina en nuestras sociedades "liberadas", donde todo está permitido y las peores depravaciones son alentadas. Los medios de comunicación atacan furiosamente a la Iglesia mientras pretenden, al mismo tiempo, ignorar que estos casos, por escandalosos que puedan ser, son sólo una pequeña minoría en comparación con los abusos cometidos por adultos a menores en escuelas, actividades deportivas o familias adoptivas, sin mencionar el turbio ambiente del mundo del espectáculo, la moda y los medios de comunicación.

Los creadores de opinión, que son tan cuidadosos en desacreditar cualquier forma de amalgama sobre ciertos temas, por ejemplo: entre el islam y el terrorismo, o inmigración e invasión, etc., están haciendo su agosto con esta situación. Y sin embargo, como recordó en 2016 el blog Pedofilia, Iglesia y Medios de Comunicación, el estudio más completo sobre los casos de abuso sexual en la Iglesia es el realizado por el John Jay College of Criminal Justice de la Universidad de Nueva York, publicado en febrero de 2004. Mediante la elaboración de un inventario de todos los casos judiciales ocurridos entre 1950 y 2002, este estudio hace una distinción estricta entre acusaciones y condenas.

Por tanto, de las 4,932 acusaciones mencionadas en el estudio, 1,021 condujeron a investigaciones policiales que resultaron en 384 acusaciones criminales. Esto permitió al blog elaborar una estadística más precisa sobre los casos confirmados de pedofilia. Las cifras van desde el 4% de los sacerdotes acusados de presuntos abusos sexuales, al 0.35% de sacerdotes condenados por estos actos. Desde luego, "en esta diferencia, no todos los sacerdotes son inocentes (muertes, plazos de prescripciones, etc.), pero también están los que sí son inocentes, pues, desafortunadamente, existen los testimonios falsos y las difamaciones." Basándose en el índice de condenas entre las investigaciones realizadas y completadas sin que fueran interrumpidas por el plazo de prescripción o por la muerte del acusado, el blog llega a la conclusión de que entre el 98.5% y el 99.65% de sacerdotes estadounidenses son inocentes. La oveja negra representa entre el 0.35% y el 1.5% de los hombres consagrados. Desde luego, esta cifra sigue siendo muy alta.

En Francia, las estadísticas muestran, según el Observatorio Nacional de Acción Social, que en el 75% de los casos registrados los abusos a menores suceden dentro de las familias, y un cuarto de estos casos de abuso son cometidos por otros menores. La proporción de sacerdotes católicos condenados y encarcelados por tales actos, combinando todas las sentencias, representa el 0.8% del clero en función, como lo señaló la Conferencia Episcopal de Francia el 23 de enero de 2017. Aunque es una situación grave, se trata de una realidad marginal, mucho más marginal, en todo caso, de lo que le gustaría a los medios de comunicación, siempre listos para aprovechar cualquier oportunidad que deshonre a la Iglesia.

La Iglesia intercede por sus hijos heridos, y no por este mundo hipócrita y corrupto por el que Cristo se negó a rezar (ver Jn. 17:9).